26 octubre 2009

Cuentos fantásticos de Omar Aramayo y Carlos Calderón Fajardo

En la edición virtual de hoy del diario "Los andes" aparece en su sección cultural un artículo sobre narrativa fantástica en dos microcuentos de escritores puneños contemporáneos. Interesante el punto de vista de Darwin Bedoya, autor de la nota, quien va desde la Iliada hasta Star Wars o Matrix, pasando por la mitología fundacional de los Hermanos Ayar o Manco Cápac.
Pueden seguir leyendo siguiendo el enlace al final.

El hálito fantástico en la historia de la literatura universal tiene orígenes épicos. Este hecho viene de textos con un linaje griego y latino, exactamente de las epopeyas clásicas: «La Ilíada» y «La Odisea» de Homero (siglo VIII adC), «La Eneida» de Virgilio (siglo I adC) y continúa con la literatura épica medieval en una saga de los relatos artúricos que en su mayoría se esmeran en mostrarnos elementos de una auténtica narrativa fantástica que en las más de las veces no tendría que envidiarle mucho a «Star Wars» o «Matrix».
Pero empecemos esta lectura por el principio. Todo título es una clave de lectura. ¿Qué se puede decir entonces de epopeyas andinas como «La leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo» o de «El mito del dios Vichama», de la historia más quimérica «El mito de los Pururaucas» O más fantástico aún «El mito de Yacana», la verosimilitud de «La leyenda de Tamba-Tayá»? ¿Qué se puede decir? Pero no sólo estas historias fantásticas, sino también la que nos interesa más por los nexos intertextuales con los textos elegidos para esta ocasión, la base de datos de «El mito de Cuniraya Huiracocha». Quizá aún antes de empezar esta lectura, los textos de los que ahora hablaremos estén orientados a otro mundo; que estamos en el umbral de un universo que late desconocido y misterioso en esos nombres que repercuten con sonidos numinosos pero no son necesariamente tranquilizadores; que se trata de textos que desde su título plantean la existencia de un mundo distinto del que habitamos. Y con la posibilidad de que esos nombres evoquen un mundo ajeno, dejándonos apenas en la frontera que los separa del nuestro y que estamos cerca, muy cerca de los territorios de lo fantástico. ¿Siempre estuvimos envueltos en el aura de lo fantástico? Y, ¿Macondo?, ¿Comala?, ¿Yoknapataupha?, ¿Narnia?, ¿Pacaritampu? ¿Entra Wiñay Marqa en esta lista? ¿Pura alegoría fantástica?, ¿Puro cuento?, ¿Epicidad? Sólo sé que después de Ulises, Jasón, Eneas, Gregorio Samsa y Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, una columna de espectros penan en nuestras lecturas.

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Foto: Detalle de petroglifo de Boca Chaquimayo, Puno.

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