29 marzo 2012

Juan Manuel Chávez entrevistado

El escritor Juan Manuel Chávez, autor de "Limanerías", primer título de nuestra colección "Ensayos", en entrevista con el periodista Alexandro Saco, para el programa "Radikales libres".


Sobre Limanerías han comentado:


“Estos ensayos, asediados por la narración, trazan audaces recorridos sobre la ciudad de Lima. Entre la razón y el corazón, destellos que iluminan la urbe que nos habita”.
Marcel Velázquez Castro (Perú)
Universidad Nacional Mayor de San Marcos

Limanerías es un libro de facetas múltiples, algunas contradictorias, pues está a caballo entre el amor a la ciudad y el dolor de sus desprestigios, una obra radicalmente madura que comparte el bisturí de Baltasar Gracián y la gracia de Ricardo Palma…”.
Julio Calvo (España)
Academia Peruana de la Lengua

“Notable el perfil que se dibuja de Lima en esbeltos capítulos […] que se apropian del ‘alma’ de la ciudad. Y de esta alma brota una mezcla secular de leyendas y realidades, de promesas y decepciones, de colores y perfumes”.
Sandro Gerbi (Italia)
Il sole. Periódico italiano

Limanerías elude esquemas demasiado fáciles y trillados mediante una muy sabia mezcla de géneros: la del ensayo literario, el relato, el diario de costumbres, etc. A su vez, Limanerías nos muestra la historia y la realidad de Lima (y también del Perú) de un modo nuevo, rico y lleno de mitología, lleno de agudos análisis sociales y de pintorescas descripciones del pasado. Supone, en suma, una privilegia guía de la ciudad”.
Manuel Borrás (España)
Editorial Pre-Textos

A diferencia de Venecia, Sevilla o Nueva York, Lima jamás se convertirá en una ciudad que trascienda a través del arte, la música o la literatura. Juan Manuel Chávez, joven y talentoso escritor, explora una vez más los rostros de Lima para corroborar que sigue tan horrible como la encontró Sebastián Salazar Bondy. Sin embargo, Limanerías es un ensayo ameno y lúcido que solo es posible escribir desde el más incondicional de los amores: el masoquista. Después de leer a Juan Manuel Chávez uno descubre que Valdelomar tenía razón: el Perú es Lima y Lima es el Jirón de La Unón”.
Fernando Iwasaki (Perú)




25 marzo 2012

Fallece Antonio Tabucchi en Lisboa


Él lo confesó en alguna entrevista: muy frecuentemente soñaba en portugués. Antonio Tabucchi, el novelista italiano enamorado de Pessoa, de Lisboa, de Portugal y de la lengua portuguesa, murió la mañana de hoy domingo, a los 68 años, de un cáncer en el hospital de la Cruz Roja de la capital lusa, donde será enterrado el jueves, dando tiempo, según explicaba su viuda, a que se acerquen a Lisboa todos sus amigos franceses, italianos y españoles. Los telediarios portugueses, los boletines de radio, las ediciones digitales de los periódicos abrieron durante todo el día con la muerte de un escritor al que consideran suyo. Y su voz, en su perfecto portugués lastrado por su sonoro acento italiano, se colaba en muchas entrevistas que le recordaban y en las que, entre otras cosas, aseguraba que una gran parte de sí mismo era portuguesa. "Tengo una casa en Lisboa, mi mujer es portuguesa, mi familia es medio italiana y medio portuguesa", añadía, como explicación.
Su mitad italiana también se ha emocionado con la noticia de su muerte. No en vano Tabucchi, fue para muchos jóvenes italianos su primera relación sentimental con la literatura. Nació en Pisa en plena guerra mundial y conservó siempre la misma casa de infancia de la Toscana: "Nací el 24 de septiembre de 1943. Aquella noche los americanos empezaron a bombardear Pisa para liberarla de los nazis. Mi padre, subido en una bici, nos trajo a mi madre y a mí hasta aquí, donde vivían los abuelos".
Traducido a 40 idiomas, era el escritor italiano más conocido en el extranjero, el orgullo de una Italia de la que no estaba orgulloso en gran parte por culpa de Silvio Berlusconi. Porque Tabucchi, además de autor de obras inolvidables –Sostiene PereiraNocturno hindú o Réquiem—, era muchas cosas más. En Italia, por ejemplo, era notoria su actividad como apasionado de la política y brillante polemista. En los últimos años, su bestia negra –y la de Italia—era Silvio Berlusconi. Su útlimo artículospublicado, que apareció en EL PAÍS  coincidiendo con la caída del anterior primer ministro, se titulaba precisamente Desberlusconizar a Italia, que empezaba así: "Los mercados europeos han 'despedido' a Silvio Berlusconi. Es un alivio saber a un monstruo semejante apartado de la vida pública. Pero no será tan fácil desberlusconizar Italia ni erradicar el microbio que ha difundido por toda Europa".
Siempre supo dónde estaba. En un encuentro en Florencia en 1998, le confió al también escritor Manuel Rivas, que le preguntó, si no se sentía fuera de juego por su desencuentro con la tecnología: "Bueno, ¿sabe usted?, el fuera de juego es una posición que me conviene. En el fondo, todos los escritores están un poco fuera de juego, y sobre todo están fuera de juego los que creen que ocupan el centro del campo…".
Traductor de Pessoa
Tabucchi estudió y tradujo al mayor escritor portugués de todos los tiempos, Fernando Pessoa (1885-1935), al que también convirtió en héroe de ficción en algunos de sus escritos. Pero además se implicó a fondo, como en Italia, en la vida pública portuguesa. El secretario de Estado de Cultura, el escritor y editor Francisco José Viegas, resumió así el sentir de muchos: "Tabucchi no era solo el amigo íntimo de Lisboa, el amigo íntimo de nuestra literatura, el gran divulgador de Pessoa, era el más portugués de todos los italianos". Su novela más conocida, Sostiene Pereira, cuenta la historia de un periodista tristón, solitario y adicto a las omelettes a las finas hierbas de los cafés lisboetas que decide jugársela un día contra la dictadura de Salazar. Tabucchi no limitó su compromiso a la literatura: apoyó explícitamente a Mário Soares en su candidatura a la Presidencia de la República y, posteriormente, se presentó como candidato del Bloco de Esquerda para el Parlamento Europeo. En 2004 obtuvo la nacionalidad de un país al que pertenecía, de hecho, desde hacía muchos años antes, tal vez desde que en su juventud descubriera con asombro la obra de Pessoa y decidiera aprender portugués para aprender a leer sus libros en su lengua original.
Zita Seabra, responsable de la editorial Quetzal, donde Tabucchi publicó muchas de sus novelas en portugués, ha recordado a la agencia Lusa su conocimiento profundo del alma portuguesa, su rigor a la hora de aprobar las traducciones que se hacían de sus obras en portugués y su "mal genio" cuando la llamaba por teléfono porque el butano se le había acabado o el aspirador había dejado de funcionar.
La Casa de Pessoa de Lisboa le rendirá un homenaje particular: el 2 de abril organizará la lectura del único libro que Tabucchi escribió directamente en portugués Réquiem. Antes, el jueves, será enterrado en el cementerio dos Prazeres, al norte de Lisboa, donde, en 1935, también fue enterrado Fernando Pessoa.


Noticia tomada del diario El País CLICK AQUI


18 marzo 2012

Alexis Iparraguirre sobre Sol de Tokio


Acompañada por un prolongado silencio de la crítica, la novela Sol de Tokio de Francisco Joaquín Marro ya circula en el medio literario peruano por casi dos años. Podría pensarse que su extensión considerable (casi 300 páginas) y su velada o explícita alusión a una amplia biblioteca literaria podrían alejar al lector común. No obstante, se trata de un texto donde la cita o la imitación se integran con naturalidad a una prosa fluida y en ningún momento carente de animación. Más bien podría pensarse que su potente humor y vitalidad en registros que van desde la coprolalia gruesa a la sutileza sádica chirrían frente a una producción general de novelas más bien signadas por el artificio solemne o el solfeo dramático. O también que, una vez más, las potencias de las reseñas locales, apremiadas por la brevedad de sus espacios, no se dieron abasto para esta novela que, como las buenas novelas, es muchas novelas a la vez: un bildungsroman y su crítica, una novela sobre escritores el clave de farsa, una novela existencial que se burla de la nada, un homenaje a la metaliteratura más clásica: el Quijote y la picaresca, un espejo de las minucias de una sociedad limeña banal y moralmente pauperizada, y también una apoteosis y clausura, por saturación y agotamiento, de los procedimientos creativos que llamaron la atención en el pasado reciente en primeros libros de prometedores escritores de vocación auto reflexiva.
La novela parte de una convicción casi bíblica de algunos credos de Stendhal, en un primer nivel de la biblioteca literaria a la que apela. El principal es que los personajes no expresan una sensibilidad sino que la actúan, como también constató Shakespeare en los monólogos de su Cleopatra. Así, sus dos personajes principales, Paco y Sergio, que pertenecen a dos líneas temporales distintas, una actual y otra ambientada en unos distópicos años setenta, son dos escritores arribistas, convencidos en la entraña que su juventud es una suerte de vela de armas a la espera de que estalle el genio. En este punto Joaquín Marro apela a una segunda perspectiva que superpone. Al modo de Dostoyevski, cuyos largos monólogos no teme parodiar en clave cómica, les otorga una conciencia cruel de sus vidas diletantes, de lo azaroso y a veces terriblemente frustrante en las empresas acometidas, de una suerte de sinrazón fundamental e incapacidad constitutiva que impera en los actos humanos. Perdidos en tumultuosos centros de Lima de distintas décadas, saltando de un episodio de aprendizaje perverso (o antipaideia) a otro, Paco y Sergio solo consiguen proferir discursos de miedo despavorido hasta la carcajada, acompañantes de las trifulcas sin remedio de una dilatada fauna de artistas-truhanes. 


Como Joaquín Marro no tiene que explicarnos que se mueve en el terreno de la parodia de los grandes padres de la novela, bastaría apelar a la microestructura episódica del libro o la división en diez jornadas del texto, con títulos cervantinos, para entender que el carnaval y la picaresca asumen un papel constitutivo sin esfuerzo alguno: Paquito y Sergio son falsarios impostando una vida y escritores, ante los ojos de la posteridad quizás lo mismo. Situados en el siglo XX y ante el vacío de certezas del fin de una época, sin nada qué hacer (Paquito es un mozo de restaurante y Sergio un poeta universitario, ocupaciones que se describen como carentes de oficio ni beneficio hasta la exasperación), quizás solo les queda glosar los tipos humanos de sus respectivas escenas literarias, como observadores dotados de poderoso instinto para destacar el ridículo de los otros pero también afectados, paradójicamente, de una timidez y una envidia crecientes e irrecusables, que los revela como dobles de una perspectiva de la historia que está en eterno retorno (separados por veinte años, ambos ven sutiles variaciones de semejantes imposturas literarias. En este ámbito, la novela adquiere su afilado perfil de crítica generacional y, al mismo tiempo, de comentario estético y novela en clave. Para los entendidos, no es difícil reconocer en los transitorios protagonistas de los episodios de la amplia Lima bohemia, a los cultores del academicismo universitario, a los bohemios que imitan a Kerouac o a Bukowski, a los hippies o los JUM (Juventud Urbano Marginal), a los indigenistas que veinte años después serán los andinos, y a los hispanistas que se actualizan como criollos, o los sofisticados de todos los tiempos y a los  telúricos, metaliterarios y metaindigenistas. Quizás la mayoría de estos nombres sean etiquetas vacías para el lector común, pero las puestas en escena que organiza Marro en torno de la exposición o demostración de los principios de cada tendencia resulta tan extrema y, no obstante, verosímil, que la especificidad y extravío de estas se despliega, plástica y elocuente, sin ningún problema para el gozo y la risa de un espectáculo que remeda la vida. Esta última expresión no es gratuita. Remedar es un ademán permanente en el lenguaje de Joaquín Marro como operación moduladora de una sensibilidad que requiere de registros de poesía extrema, en la décima jornada, o de la flexibilidad de la oralidad en sus numerosas variedades, que no desprecia ni el cliché de folletín, ni el estereotipo pop, ni el gag de programa cómico de televisión nacional. Así de polifónica y fagocitadora es la lengua de Sol de Tokio para no aburrir, mostrar, explicar, representar y reflexionar sin dejar en ningún momento de narrar en ese río de voces sociales y culturales. Por las virtudes de esta lengua se establecen quizás dos de las peculiaridades narrativas más llamativas de la novela. Por un lado, con respecto del mecanismo de parodia permanente, exalta y revela el perfil fatuo del gesto metaliterario: es un ademán narciso del artista, atrapado en el soliloquio del yo y no la operación de un intelecto desinteresado que explora sus límites. Las pruebas a favor que presenta Joaquín Marro (la crítica moral stendhaliana) muestran, en este punto, su evidencia intuitiva, retóricamente más poderosa que cualquier epistemología. En consecuencia con ellos, los escritos metaliterarios de la escena limeña contemporánea a Sol de Tokio aparecen ante el lector como inevitablemente fatuos, altares de la autofiguración y el arribismo. Pero, como consecuencia de tal principio, ni el propio Joaquín Marro escapa a tal tácita condena: quien, a estas alturas, opera en el nivel de la autocritica estética con más variedad, intensidad y coherencia que todos sus predecesores en ese ámbito, también es un engañamuchachos. Consecuentemente, la novela consagra su propia inutilidad como gesto revelador, apenas sí suma de espejismos atados a una esperanza en la jornada final. Lejanamente, los ecos de un ideario barroco parecen resonar en los ecos de las últimas páginas de la novela: el auténtico desengaño, más allá de chistes y bravatas.

De esto proviene la segunda peculiaridad de Sol de Tokio. Aunque sus sutilezas estructurales, sus influencias y citas, su continua apelación a un nihilismo decimonónico parecen obstáculos para la comprensión cabal de un lector profano, muestra, por contrario, esa claridad sin imposturas de las novelas de humor memorables, como La conjura de los necios de John Kennedy Toole, para citar un modelo de transparencia próximo en el tiempo. Sol de Tokio tiene la frescura de un buen periódico de ayer, o de un mal periódico de ayer, o de un diario chicha, todo ello inscrito en frases ajenas a retorcimientos, que armoniza con una eufonía natural la variadísima procedencia de sus múltiples recursos.
Sol de Tokio tiene un título cuya justificación aguarda al final de la novela en clave simbólica porque, por todo lo antes dicho, nada impide terminarla como se le empezó, oscilando entre la ligereza de risa y hondura farsesca de sus abundantes procedimientos metatextuales que ella misma ridiculiza. Muchos de sus personajes, especies representativas de una bohemia literaria nacional, merecerían un análisis sociológico independientes de esta ajustada reseña, sobre todo el personaje de Irene, hermanastra de Sergio, suerte de Raskólnikov femenino, que entre monólogo y monólogo de intensidad abrumadora, intenta suicidarse y fracasa de modo tan estúpido como estúpidos son sus métodos para querer matarse. Bastaría este ejemplo para mostrar cuál es el espíritu inusitado de verdadera crítica y autocrítica de Sol de Tokio, su novedad inmanente y su naturalidad para cualquier lector. La escena nacional, con sus glorias y derrumbes, no ha conocido una primera novela de tal ambición y logro, de tal disparate y cordura, en muchísimos años.



xxx

06 marzo 2012

Limanerías, el nuevo libro de Juan Manuel Chávez en la serie ENSAYOS, de Casatomada


Editorial Casatomada tiene el agrado de participarles del lanzamiento de su serie Ensayos, cuyo primer título viene de la pluma del escritor Juan Manuel Chávez, quien además tuvo a su cargo, hace algunos años, el recordado programa radial "La divina comedia". Este libro, titulado "Limanerías" recorre una Lima invadida por la cultura chicha y las combis, sus procesos históricos de sincretismo y aculturación y sus diferentes paisajes definidos muchas veces por ese delirio arquitectónico y musical que convive día a día con nosotros. Desde los Incas hasta las vírgenes que lloran, este libro abre brillantemente una serie que, esperamos, se convierta con los años en un aporte importante para la cultura y el conocimiento en nuestro país. 
"Limanerías" se presentará este miércoles 07 de marzo de 2012, a las 7:30 p.m. en el Jazz Zone (Av. La Paz 656, Pasaje El Suche, Miraflores)
Los comentarios estarán a cargo de Marcel Velázquez y Gabriel Rimachi Sialer.
El ingreso es libre.

Carmen Balcells, amiga y agente literaria de García Márquez, le felicita...

02 marzo 2012

Culturamas: David Roas y Clara Obligado

Las perversos inquilinos de Pool Muñoz, HOY


Hoy viernes 2 de marzo, a las 6 p.m., en nuestro auditorio, se presentará el libro de cuentos Amores, inquilinos y perversiones de Pool Muñoz Villanueva. Los comentarios estarán a cargo de Víctor Andrés Ponce y Luis Alberto Medina.
“Pocas veces un primer libro puede combinar tan efectivamente una dosis peligrosa de violencia, humor negro, sarcasmo y emoción. Amores inquilinos y perversiones es, quizá, la mejor forma de iniciar una carrera literaria en el siempre difícil camino del cuento, pues cada una de las historias está narrada desde el vientre mismo de la desesperación, la angustia, la desesperanza y el amor (esa eterna guerra de poderes que mueve el mundo), y donde rara vez el lector sale ileso. (…) Pool Muñoz no solo sorprende con esta primera entrega en un plano narrativo, sino que además demuestra que es un testigo de su tiempo y que cada historia que contiene este estupendo volumen es una radiografía hermosamente cruda de la sociedad en que vivimos”, dice Gabriel Rimachi Sialer, editor del texto.