30 abril 2011

1era Feria del Libro Joven de Lima HOY

Esta noche, en el marco de la 1era Feria del libro joven de Lima, se realizará un conversatorio sobre poesía peruana. Dicho evento contará con la participación de Miguel Ildefonso y Paul Guillén. Moderará la mesa John Martinez Gonzales. Los esperamos a partir de las 2 pm. en el Centro Cultural Alberto Quintanilla (1era cuadra de Petit Thouars) Venta de libros desde S/. 1
Las actividades culturales empiezan a las 7 p.m. El ingreso es libre.

Sobre los participantes del conversatorio de hoy:

Miguel Ildefonso
Estudió Literatura en la Universidad Católica del Perú e hizo una Maestría en Creative Writing en la Universidad de El Paso, Texas. Ha editado fanzines contraculturales como El Bote. Colaboró en diversas revistas como Imaginario del Arte, Cronopia, Sieteculebras y Flecha en el Azul. Lo mismo escribe artículos en diferentes revistas de cultura del Perú y del extranjero, impresas y páginas web. Dirigió la revista virtual El Malhechor Exhausto (www.geocities.com/Elmalhechor7). Codirigió la revista de Literatura Pelícano. Ha dirigido talleres de creación literaria como en el Centro Cultural Antares Artes y Letras. Recientemente obtuvo el Premio Nacional PUCP 2009 en la categoría poesía, con "Libro de Exilio" (Fondo Editorial de la PUCP). Este 2010 ha editado la voluminosa obra "Dantes" (Editorial Lustra) y su décimo poemario “Todos Los Trágicos Desiertos” (Colección Underwood) (Ediciones Letra en Llamas).

Paul Guillén
(Ica, 1976). Publicó los libros: La muerte del hombre amarrillo (Lima: Sarita cartonera, 2004), 33 poetas del 70 (Lima: Fondo editorial Cultura peruana, 2005) y La transformación de los metales (Lima: tRpode, 2005). Es director de la página Sol negro (www.sol-negro.blogspot.com).

John Martinez
Desde comienzos de siglo esta fusionado con el arte, coordinando y promoviendo encuentros multiartísticos en diversas ciudades. Ha colaborado brevemente en los primeros números de la revista Ventana de Medusa. Fundador y editor de la revista Marc el Loco. En el 2009 publicó “Collage de viaje” Ediciones Altazor.

Ernesto Sabato - Su mundo (1)

Murió Ernesto Sabato

Esta madrugada, el último día del mes de abril, mes de las letras, falleció Ernesto Sabato. Este mes ha sido de esos que fácilmente no se olvidarán, nos dejó el enorme poeta chileno Gonzalo Rojas, el querido Carlos Eduardo Zavaleta y ahora Ernesto Sabato. Tres tremendas pérdidas que dejan grandes lecciones de vida, de literatura y de compromiso con la palabra. Pare, Parca, demasiado para tan pocos días.
Dice la nota:

"El escritor argentino, autor de Sobre héroes y tumbas, falleció en su casa esta madrugada a causa de una bronquitis. Mañana iba a ser homenajeado en la Feria del Libro en vísperas de su centenario, el 24 de junio. Sus restos serán velados desde las 17 en el club Defensores de Santos Lugares"
El escritor argentino Ernesto Sábato falleció hoy en la tranquilidad de su hogar de Santos Lugares a los 99 años. El deceso del autor de El túnel tuvo lugar en la madrugada de hoy.
La amiga personal de Sábato Elvira González Fraga dijo en declaraciones radiales que hace 15 días una bronquitis complicó su estado de salud. Hoy, cerca de la una de la madrugada su cuerpo no resistió más. Sábato iba a ser homenajeado mañana en la Feria del Libro que se realiza en el predio de la Rural. El festejo en nombre del autor iba a tener lugar dado que este 24 de junio iba a cumpli 100 años.
Sus restos serán velados hoy en Santos Lugares a partir de las 16 horas.
Ernesto nació en Rojas, provincia de Buenos Aires, en 1911. Entre sus títulos académicos se encuentran un doctorado en Física y varios cursos de Filosofía en la Universidad de La Plata.
Trabajó en el Laboratorio Curie, en París, y abandonó definitivamente la ciencia en 1945 para dedicarse exclusivamente a la literatura.
Sus tópicos más recurrentes se encargaban de la crisis del hombre en nuestro tiempo y de la reflexión sobre la propia literatura. Sus obras más destacadas son El escritor y sus fantasmas (1963), Apologías y rechazos (1979), El túnel (1948), Sobre héroes y tumbas (1961), y Abbadón el exterminador (1974).

La palabras de sus seres queridos
Mario, el hijo de Ernesto Sábato, leyó un comunicado de prensa sobre la muerte de su padre. “Mi padre no nos pertenecía sólo a nosotros, lo compartimos con mucha gente que lo quiso y lo necesitó. Lo vamos a despedir como él lo deseó, en el Club Defensores de Santos Lugares. El había dicho: ‘Cuando muera quiero que me velen acá para que la gente del barrio pueda acompañarme en este viaje final y recordarme como buen vecino’”.

29 abril 2011

C. E. Zavaleta o El viaje al reino de la letra memorable

Carlos Eduardo Zavaleta y su esposa (tomada del blog de Heduardo)

Por Róger E. Antón Fabián.

CUANDO MUERE UN ESCRITOR genuino, para quienes el cariño y la entrega al oficio literario se llevan en la entraña, sobre todo si se trata de un escritor de raza, sentimos como si fatalmente una parte nuestra se fuera con él. Es el terrible desenlace por el que algún remoto o cercano día tendremos que pasar a carta cabal, el sueño truncado de manera inexorable, sobre todo ese de anhelar escribir una obra que nos sobreviva. Carlos Eduardo Zavaleta ha muerto la mañana en que yo dictaba una clase de literatura y el mundo giraba tal cual, parece que seguirá tal; pero para mí es como si se hubiera detenido en un instante para ya adquirir otro tenor, quizá para siempre.
Podría decir que nos unía el hecho de ser oriundos casi de la misma tierra, ambos naturales de Ancash, que pasó su infancia en mi pueblo natal, en Chimbote, frente al mar, a tres casas de donde muchos años después yo tendría mi primera novia, que fue un escritor de la Generación del 50, un estudioso entusiasta de William Faulkner y James Joyce, que era el maestro que todo aspirante a escriba sanmarquino escuchaba con respeto y casi temor, que inspiraba sumisión literaria acaso por su sabiduría y talento narrativo, que había sido maestro universitario de Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique, –a quien manifestaba le puso libros de Ernest Hemingway en la mano y lo asesoró para que iniciara su carrera con su tesis universitaria y su primer libro de cuentos–, el escritor que como Ernesto Sábato abandonó una carrera de ciencias para adentrarse en el terreno literario, el temprano enamorado de Olga en Caraz, el alumno, egresado, bachiller, doctor, profesor sanmarquino, el traductor de T. S. Eliot, Pound y Joyce, el viajero incansable, el diplomático o el maestro que buscó un camino distinto del costumbrismo e indigenismo literario peruano, y, poseedor de un formidable talento y una extraordinaria sensibilidad humana, que supo expresar fehacientemente la excelencia cultural peruana. Así lo recuerdo.
Recibí la noticia a minutos de su fallecimiento por una llamada telefónica del poeta Ricardo Ayllón. A decir verdad, yo que tengo muy bien planteada la situación de la muerte, lo lamenté toda la tarde y aún habituado en quehaceres editoriales estuve sumergido en el recuerdo. Precisamente alguna vez a ambos nos contó como recorría pueblos enteros vendiendo libros, casi de casa en casa, en una actividad cultural digna de elogio. De temperamento inquisidor, también recuerdo a una pregunta mía su confesión, una anécdota sobre el escritor Ciro Alegría, entre otras que dejaré para mis memorias.
Nunca olvidaré su abrazo sincero y su afecto cuando me riñó porque mencioné a Camilo José Cela en el discurso de concesión del premio los Juegos Florales de San Marcos, me dijo que el autor de “La Colmena” había sido servidor de Franco, que lo fue. Aquella vez con el viejo querido Carlos Eduardo Zavaleta conversamos sobre Francisco Umbral y el Premio Nadal, que –enfatizó– "no era un Planeta, que lo podía ganar cualquiera". Lo conocí en Chimbote cuando yo aún no conocía Lima y me hice algunas fotografías con él que salieron publicadas en el Diario La Industria de Chimbote, cuando yo preparaba algunas entrevistas a renombrados escritores peruanos entre los que sin duda figuraba él en primera línea. Años después asistí a la clase de inauguración y bienvenida a la Universidad de San Marcos, impartida precisamente por él, y ya lo vi continuamente. Alguna vez con mi compañero de aula Ricardo Flores Gago, gran lector y explorador de joyas literarias, lo ayudé a escoger una edición de Joseph Conrad, en esas ferias de libros que se levantaban en la Facultad de Letras de la universidad en los inicios de los años noventa, porque sencillamente era como el padre mayor que dictaba el curso de Literatura norteamericana. Allí lo escuché hablar con pasión de Poe, Hemingway, Hawthorne, Melville, Twain, Thoreau y entre otros de Henry Miller (quizá el me recomendó ese texto que se llama “Los libros en mi vida”).
Al tiempo cuando yo había dejado ya la universidad, me enteré que vivía casi solo, que cientos o quizá miles de libros habían tomado posesión de casi todos los ambientes de su casa de Miraflores, y fueron muchas las veces que propuse a más de una institución que se realizara una larga entrevista temática y completa sobre su vida y su obra para conformar un libro singular, pero jamás salió a flote la aprobación del proyecto, pues bien hace algún tiempo antologué alguno de sus cuentos, y espero algún día realizar algún estudio sobre su obra narrativa y la evolución de la misma.
Una de las últimas entrevistas suyas que leí fue concedida a Axthedmio Mau Guil, publicada en un número de la revista Casa de Asterión y titulada "La rutina del fuego", donde el escritor ancashino habla de sus maestros, la técnica narrativa, las mujeres y la vida. Supe que buscaba que lo visitaran, y a decir verdad tuve la secreta esperanza, a pesar de que supuse que se encontraba muy delicado de salud, de su mejoría. En julio del 2010 le habían hecho un homenaje a cargo de la Asociación Capulí, Vallejo y su tierra, presidida por el escritor Danilo Sánchez Lihón, y hacía poco había dado el discurso de honor con motivo de otorgamiento de la medalla de honor sanmarquina a Mario Vargas Llosa por alcanzar el Premio Nobel de Literatura. Nada ni siquiera sus ochenta y tres vitales años hacían siquiera sospechar su muerte, siempre inoportuna.
Carlos E. Zavaleta (apliqué también esa E. a mi segundo nombre) quedará grabado en mi memoria con su recuerdo, ejemplo, amistad y afecto de maestro entrañable, cuando yo era un ratón de biblioteca en mi vieja universidad y él ya un maestro consagrado. Hacía poco acababa de morir Gonzalo Rojas a quien también conocí en la feria del libro de Lima, en este mes de las letras, tan aciago. Al parecer el exacto veintitrés es una suerte de coartada literaria en que se han ido muchos grandes como William Shakespeare, Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes, entre otros. Carlos Eduardo Zavaleta se marchó –a pesar de no coincidir en la fecha de despedida–, partió de este mundo, al reino de la letra memorable, y será siempre uno de los grandes, el mejor cuentista de todos los tiempos en el Perú.

© Róger E. Antón Fabián, es autor de la novela “El Paraíso Recuperado” (España).

Imágenes de la enterrada: poema inédito de Virginia Benavides


Y más he de huir de mi razón
de mi verdad bien servida
de mis brazos abrasivos
y más he de encontrarme

La cruel. La que ama los rincones orillados. La victima de sí misma.
Cicatrices como lombrices vivas arrastran su fosforescencia en la memoria.
Dolor de la parturienta. Neuronas supurando detrás de la sutura.
Nacimiento de una idea abortada la víspera. La condenada y su re cuerdo

Muda vacía jirones de incendiadas palabras

Toda la soledad de ser perseguida por un rostro de trizada ave.
Toda la sensación de triturada lengua. Odas interiores que no salvan nada.
Destellos de incendio. Veladas imágenes que poseo.
Monstruosidades mías que no dan miedo.

Aletazos en la desesperación

Entrañas donde el corcel se pierde, bosque encantado. Tan roja y cristal tus ramas, tus descensos. Todo enredado el pez boquea. Todo redada el pescador fosea. Anzuelos que tiendo mientras espero. Corcel hundiéndose en un mar de lágrimas que salpican tus hojas.
Entrañas para los perros.

Corazones disolviéndose en la cal de la fosa común

Todo es lo mismo. Oquedad de nuncas y siempres todo extremo en el centro es un despecho. La garza o el equilibrista ciego a orillas del estanque o al filo de la cuerda.
Todo es lo mismo. Salvación del vacío: el deseo es siempre hambriento.

Ángeles caídos en la fuente de los deseos

Han llegado. Cometa o pájaro sus transfiguraciones. Rumor húmedo en el sexo, sus mutaciones. Han llegado. Tuvieron sed. Sus manos escarbaron las arenas.
Latidos de agua entre las dunas ¿han llegado?
Alas envejeciendo en la fuente riente hablan del tiempo. Las tardanzas.

El sonido: saltado de tímpano para la muerte

Come sordera. Oído al tañido desteñido. Yanta sordera.
Que liberen los golpes secos. El desliz de un cuchillo al cortar la lengua.
El rayo que incendia mi cuerpo de madera. Que respiren afonía todas las palabras. Mudanza de voces, llanto yanta sordera

Marioneta catatónica besando el aire

Mi titiritero envejece. Se le enredan los hilos, se duerme en otro cielo, olvida cuidarme. Muchas mañanas amanezco inerte, desesperada, mirando el cielo raso fijamente.
Cuando se habla de las palabras siempre los nudos son difíciles de desatar:
Se demora el poema.

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Virginia Beatrhice Benavides Avendaño (Lima, 1976). Estudió literatura en la UNMSM. Fue codirectora y colaboradora de la Revista Dedo Critico. Publicó el poemario Exstrabismo en el año 2003. Poemas suyos han aparecido en revistas como Isla Negra, Cronopia, Magdala, Sol negro, Poetas del Asfalto, entre otras. Ha participado en recitales de poesía y encuentros literarios. Ha realizado performance y malabares. Este año planea publicar un nuevo libro.

Ana María Matute. Rueda de prensa tras ganar el Premio Cervantes.



Interesantes reflexiones de la recientemente premiada Ana María Matute. Presten atención a sus lecturas y sus ácidas críticas hacia los críticos y la crítica. Estupendo y bien merecido premio. Espero lo disfruten. Pueden leer el discurso completo (bello discurso, por cierto) PINCHANDO AQUI
El discurso ha sido tomado del diario El País Digital.-

28 abril 2011

Defensa de la fantasía

Por Ana María Matute
Discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua

Tengo que pronunciar un discurso y yo no sé pronunciar discursos. Apelo, pues, a vuestra benevolencia y os ruego que aceptéis estas palabras mías como la expresión de lo único que soy capaz de hacer y de la única razón por la que he llegado hasta aquí: yo soy una contadora de historias.Por ello, desearía aprovechar esta ocasión tan extraordinaria para hacer un elogio, y acaso también una defensa, de la fantasía y la imaginación en la literatura, que son para mí algo tan vital como el comer y el dormir, y que opongo a la aridez de la actitud que tan a menudo nos rodea, que se niega a ver la dimensión espiritual de lo material.
Así, es mi intención invitaros, en este discurso mío tan poco erudito y tan poco formal, a ensayar una incursión en el mundo que ha sido mi gran obsesión literaria, el mundo que me ha fascinado desde lo más temprano de la infancia, que desde niña me ha mantenido atrapada en sus redes: el «bosque» que es para mí el mundo de la imaginación, de la fantasía, del ensueño, pero también de la propia literatura y, a fin de cuentas, de la palabra.
Y desearía hacerlo bajo la invocación de «Alicia en el país de las maravillas», con los siguientes versos: «Recibe, Alicia, el cuento y deposítalo / donde el sueño de la Infancia / abraza a la Memoria en lazo místico, / como ajada guirnalda / que ofrece a su regreso el peregrino / de una tierra lejana».
El momento en que Alicia atraviesa la cristalina barrera del espejo, que de pronto se transforma en una clara bruma plateada que se disuelve invitando al contacto con las manitas de la niña, siempre me ha parecido uno de los más mágicos de la historia de la literatura, quizá el que ofrece un mito más maravilloso y espontáneo: el deseo de conocer otro mundo, de ingresar en el reino de la fantasía a través, precisamente, de nosotros mismos.
Porque no debemos olvidar que lo que el espejo nos ofrece no es otra cosa que la imagen más fiel y al mismo tiempo más extraña de nuestra propia realidad. Desearía, pues, exhortaros a participar, durante el breve tiempo de este atípico discurso, de la fascinación que sin duda constituye la cifra de mi obra, y acaso también de mi vida: la posibilidad de cruzar el espejo e internarse en el bosque de lo misterioso y de lo fantástico, pero también del pasado, del deseo y del sueño.No pretendo que abandonemos este mundo, nuestro mundo, sino tan sólo que nos aventuremos por unos instantes en los otros mundos que hay en éste.


27 abril 2011

Fallece el escritor y diplomático Carlos Eduardo Zavaleta

Lima. (dpa) - El escritor Carlos Eduardo Zaveleta, considerado uno de los principales exponentes de la literatura peruana en el Siglo XX, falleció el martes en Lima, a los 83 años, confirmaron hoy sus familiares.
Zavaleta falleció por causas naturales pese a que hasta hace poco se le veía en buenas condiciones. Incluso hace menos de un mes tuvo a su cargo el discurso en el homenaje que la universidad San Marcos, la decana de América, le rindió al Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. El escritor, miembro de la prestigiosa "Generación del 50", destacó especialmente como cuentista. Sus relatos breves están contenidos en títulos como El Cristo Villenas, Vestido de luto, Muchas caras del amor, Niebla cerrada y la antología El fuego y la rutina.
También fue autor de novelas cortas como El cínico, Los Íngar y Los aprendices. En su producción hay muchas reminiscencias del mundo rural, en el que pasó gran parte de sus primeros años después de que naciera en el poblado andino de Caraz.
El trabajo de Zavaleta fue además muy importante como docente y crítico y se le considera como quien con más empeño introdujo en el Perú las obras del irlandés James Joyce y el estadounidense William Faulkner, a quienes dedicó sus principales estudios.
Vargas Llosa, por ejemplo, le agradeció públicamente siempre el haberlo acercado a esos autores en su juventud. "A él le debo, sin dudas, haberlos descubierto", escribió.
Asimismo, Zavaleta incursionó en la diplomacia y representó a su país en las embajadas de La Paz, Ciudad de México, Madrid y Londres.
El deceso del escritor causó impacto en el mundo intelectual peruano.

25 abril 2011

Fallece el poeta chileno Gonzalo Rojas

La nota y la fotografía son del diario El País, el dolor, de todos los que en algún momento nos encontramos en alguno de sus versos. A los 93 años nos deja el estupendo poeta chileno Gonzalo Rojas.

El pasado 22 de febrero un infarto cerebral relegó a Gonzalo Rojas a un "estado de sopor", según declaró entonces su familia. Después de pasar por el hospital de Chillán, en el sur de Chile, el poeta y premio Cervantes de 2003 fue enviado a su casa. Desde allí fue trasladado a un centro asistencial de Santiago, donde ha fallecido esta mañana. Tenía 93 años y el infarto le sorprendió cuando trabajaba en sus memorias a partir de los cuadernos en los que anotaba sus recuerdos. Siempre manifestó que no quería que vieran la luz antes de su desaparición. Más casi que la muerte, lo sorprendente era ese "estado de sopor" aplicado a Gonzalo Rojas, un hombre que no paró un minuto en sus nueve largas décadas de vida. Nacido en Lebu, una pequeña ciudad del Chile meridional -pesquera y minera; "con mucho mito", solía decir él-, el futuro poeta, huérfano de padre a los tres años, ingresó en el internado de jesuitas alemanes de Concepción antes de cumplir los 10. Fue el primero de los interminables viajes de un autor que acumuló más kilómetros en sus piernas que versos en sus libros.
Todos esos versos quedaron reunidos en 2000 en el volumen Metamorfosis de lo mismo (Visor), un título que explica bien la forma de trabajar de un autor cuya poesía fue calificada por la crítica de "larvaria". Así, muchos de sus libros son una reescritura ampliada de poemarios anteriores. "Soy un inconcluso", dijo en una entrevista meses antes de ganar el Cervantes.

Nacido como aguacero
La obra coronada por aquel premio había nacido con un aguacero. Gonzalo Rojas solía contar que uno de sus hermanos pronunció la palabra relámpago en medio de una tormenta y que, aquellas cuatro sílabas produjeron en él la revelación del lenguaje. También contaba que, como de niño era tartamudo, se inventaba palabras con fonemas "suaves" para no tropezar. Aquella búsqueda de la suavidad fue el primer taller de poesía de un autor que publicaría su primer libro, La miseria del hombre, en 1948. Luego vendrían títulos como Contra la muerte, Transtierro, Materia de testamento o No haya corrupción.
"¿Qué se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida / o la luz de la muerte?", decían sus versos más famosos. Otros menos conocidos avisaban con ironía: "No confundir las moscas con las estrellas; / oh la vieja victrola de los sofistas. / Maten, maten poetas para estudiarlos. / Coman, sigan comiendo bibliografía".
Profesor de literatura durante años, Rojas ejerció como diplomático en China y Cuba con Salvador Allende hasta que el golpe militar de 1973 lo puso de nuevo en el camino. Al exilio esta vez. Seis años más tarde volvería a su país para instalarse en Chillán.
Gonzalo Rojas consiguió administrar con voz personal la telúrica herencia poética -y la alargadísima sombra- de Pablo Neruda. Se convirtió así en uno de los dos grandes polos de la poesía chilena. El otro polo, y ahora único, sigue siendo la irónica antipoesía de Nicanor Parra, que, tres años mayor que Rojas, le sobrevive.
"Los verdaderos poetas son de repente y no basta el oficio", dijo en su discurso de recepción del premio Cervantes. "Te dan la palabra que no mereces y te pones a balbucear el mundo, imantado como en el amor por el encantamiento y el desollamiento". Aquel día, en Alcalá de Henares, se despidió citando en su propia traducción al "gran Horacio": "Jugaste bastante, comiste romanamente, y bebiste: ¡tiempo de que te vayas!". Gonzalo Rojas ha seguido jugando, comiendo y bebiendo ocho años más. Ahora acaba de irse. Justo dos días antes de que Ana María Matute reciba el Cervantes. "Es uno de esos gestos poéticos que solo cuadran en la ficción", ha dicho esta mañana la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde durante un coloquio con la escritora barcelonesa.

CONTRA LA MUERTE (POEMA)
Me arranco las visiones y me arranco los ojos cada día que pasa. No quiero ver ¡no puedo! ver morir a los hombres cada día. Prefiero ser de piedra, estar oscuro, a soportar el asco de ablandarme por dentro y sonreír a diestra y siniestra con tal de prosperar en mi negocio. No tengo otro negocio que estar aquí diciendo la verdad en mitad de la calle y hacia todos los vientos: la verdad de estar vivo, únicamente vivo, con los pies en la tierra y el esqueleto libre en este mundo. ¿Qué sacamos con eso de saltar hasta el sol con nuestras máquinas a la velocidad del pensamiento, demonios: qué sacamos con volar más allá del infinito si seguimos muriendo sin esperanza alguna de vivir fuera del tiempo oscuro? Dios no me sirve. Nadie me sirve para nada. Pero respiro, y como, y hasta duermo pensando que me faltan unos diez o veinte años para irme de bruces, como todos, a dormir en dos metros de cemento allá abajo.
No lloro, no me lloro. Todo ha de ser así como ha de ser, pero no puedo ver cajones y cajones pasar, pasar, pasar, pasar cada minuto llenos de algo, rellenos de algo, no puedo ver todavía caliente la sangre en los cajones. Toco esta rosa, beso sus pétalos, adoro la vida, no me canso de amar a las mujeres: me alimento de abrir el mundo en ellas. Pero todo es inútil, porque yo mismo soy una cabeza inútil lista para cortar, pero no entender qué es eso de esperar otro mundo de este mundo. Me hablan del Dios o me hablan de la Historia. Me río de ir a buscar tan lejos la explicación del hambre que me devora, el hambre de vivir como el sol en la gracia del aire, eternamente.


20 abril 2011

Novedades editoriales Abril - Mayo


Cada una de las historias que conforma Inervaciones está escrita con ese asombro que todo buen escritor sabe componer para llevar de la mano a su lector: cuentos que cubren una amplia gama de registros, desde lo fantástico hasta lo urbano, y que están escritos con una pluma directa y un lenguaje claro. Piero Duharte ha concebido entonces una obra interesante que deslumbra por lo ambicioso de su propuesta: la construcción de un mundo paralelo donde todo es posible, donde el lector puede no sólo descubrir una historia emocionante, sino además, ser parte de ella.
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Como si se tratasen de fotografías, cada texto que conforma esta primera entrega de Antonio Gazís, nos muestra una toma de tiempo. Tiempo donde crecen los amigos, donde se cuestionan las personas, donde se aspiran grandes hazañas, donde caen los íconos de nuestra infancia tras una mesa colombiana, donde se pierde un poco de inocencia. Como un cronista de su época, cada relato -hábilmente tejido y armado por el autor- nos coloca en ese momento preciso (y precioso) donde uno, quiera o no, empieza a ser adulto. Un libro que siempre nos llevará a ese momento exacto, donde celebramos (y rebelamos) nuestra juventud.
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La literatura peruana ha encontrado en tópicos tan inusuales como el cuento gay una de las formas más descarnadas y sinceras de mostrar una realidad que muchos evitan porque no ser “políticamente correcto”. Pero es dentro de esta línea que Rolfe Mejía ha conseguido, no sin poca maestría, transitar con paso firme y de la forma más contundente: utilizando un elemento tan machista –en la cosmovisión popular– como el hombre andino retratado en la milenaria cerámica de la cultura Moche, para retratar ese otro lado del ser humano: aquel que ha existido desde siempre y que desde siempre se ha querido marginar. Narrados con una prosa directa y segura, Huacos invertidos es más que un libro de cuentos, es un golpe directo al corazón, la emoción, los nervios y a ese lado tan inestable de la condición humana: aquel donde los sentimientos y las emociones, se encuentran entre las personas del mismo sexo. Un libro que, definitivamente, no pasará desapercibido.

Un cuento para Semana Santa


El Conde de Lemos, como se hacía llamar Abraham Valdelomar, nos entrega uno de sus mejores relatos: Finis Desolatrix Veritae ahora que empieza la Semana Santa y que medio Lima se queda vacía. Tiempo de reflexión para algunos, de distracción y relax para otros, siempre habrá más de un buen momento para leer. Acá entonces el cuento de Semana Santa (si tienen alguna sugerencia para postear, comenten).

Finis Desolatrix Veritae
Abraham Valdelomar

Cuando me incorporé tuve la sensación de haber sido animado por una corriente eléctrica. Mi esqueleto estaba intacto y podía mover los miembros sin dificultad, en el trágico paisaje. Sobre la estéril extensión nada acusaba a la vida. Todo lo que alguna vez fuera animado, todo lo que surgiera sobre la tierra por el raro soplo del germen, los edificios, los árboles, los hombres, las aguas, el ruido del mar, todo había concluido. Me encontraba sobre una yerma extensión despoblada. En el horizonte ilimitado y oscuro, nada se destacaba sobre el suelo. El Sol, como un foco enorme y amarillo, estaba inmóvil en el vasto confín, y ya sus rayos fríos no animaban la tierra. Enormes masas negras de nubes inmóviles encapotaban el cielo. A mi derredor había un gran hacinamiento de huesos y era dificultoso ver el suelo. De pronto sentí una vibración uniforme que agitaba todos los despojos. Como movidos por una corriente eléctrica intermitente, los huesos pugnaban por levantarse y volvían a caer sin movimiento, como desmayados. El tinte pálido del Sol, ya muerto, animaba cloróticamente aquella doliente visión.
Entonces vínome a la memoria, después de grandes esfuerzos, el pasado. Me parecía haber despertado de un sueño rápido. Hice recuerdos y coordiné lo siguiente: Yo estaba la última vez en mi lecho. Una luz pálida iluminaba mi alcoba y un amigo, mi médico, teníame el pulso, grave, sin pronunciar una palabra. De pronto entraron en mi habitación mi madre y mis hermanas. Sentí un cuchichear de voces, vi caras entristecidas, y a una palabra del médico, rompieron a sollozar. El médico hizo una seña. Ya no podía moverme; había perdido el dominio sobre mí mismo y los párpados caían sobre mis ojos, pesadamente. Pero mi conciencia estaba perfectamente clara. Oía aún los sollozos; sentí que alguien, mi madre, me abrazaba llorando; sentí que un Cristo de metal descansaba en mi pecho; una mano puso frente a mis labios un espejo, y después todo se desvaneció.
Yo debí ser sepultado, naturalmente en el cementerio de mi pueblo. El cementerio no distaba un kilómetro de la ciudad; nosotros poseíamos un mausoleo. ¿Por qué, pues, me encontraba yo en este desolado paraje, cuando el espíritu volvía a animar mi esqueleto en esta hora definitiva?
¿Quién podía haber trasladado mis restos a este extraño lugar? Por otra parte, ¿dónde estaban mis seres amados? ¿Por qué me encontraba yo solo en medio de tantos despojos? Una duda mortal y fría me lastimaba. Extendí la vista para buscar en la extensión gris algo tangible a qué poderme referir y vi lejos, muy lejos, sobre la enorme extensión de huesos, un esqueleto que como yo, se elevaba en aquel campo de desolación. Sobre la gran cantidad de huesos se incorporaban ya algunos esqueletos que trataban de ponerse en pie; pero volvían a caer sin ánimo sobre la tierra. Me encaminé con dificultad entre las óseas capas hacia el esqueleto. A mi paso cruzaban de repente, con velocidad, tibias, omóplatos y cráneos que iban a reunirse con sus cuerpos. Llegué donde el esqueleto que, solemne y grave, se erguía. Miraba con tristeza desgarradora aquella extensión y no se dio cuenta cuando yo, acercándome, me puse a su lado.
- ¿Quién sois, espíritu, y dónde estamos? -le dije.
No respondió.
- ¿Qué ha sucedido? ¿Qué extraña pesadilla es ésta? ¿Por qué me encuentro aquí? ¿Vos no podríais responderme? ¿Quién ha animado mis huesos? ¿Quién me ha dado de nuevo estos sentidos que me permiten razonar? ¿Por qué mi cuerpo ha venido a aparecer aquí? ¿Qué tiempo hace, decidme, que desaparecí de la vida? ¿Dónde están mis seres amados? ¿Es esto la tierra? ¿Es aquel el Sol? Habladme, por vuestros más caros recuerdos, dadme una luz que amortigüe esta duda cruel… ¿Estamos acaso en el infierno?...
El esqueleto no me respondía.
- ¡Decidme, por Dios, una palabra! ¿Qué tiempo hace que yo dejé de ser?... Yo era de un país joven, de un continente nuevo; cuando yo vivía, la vida era buena, los árboles alegraban el mundo, los ríos corrían desbordados, un soplo de actividad hacía evolucionar lo creado. ¿Dónde estamos?...
- En la tierra.
- Pero ¿y el tiempo?
- Ya no hay Tiempo.
- ¿Y el Espacio?
- Ya no hay espacio.
- ¿Y el Sol?
- Véle allí, que agoniza; ya está inmóvil.
- ¿Qué ha pasado por el mundo?
- Los siglos.
- ¿Estamos, pues, en el fin? ¿Hemos sido llamados por Dios?...
- ¡Quién sabe!
- ¿Vendrá ahora una manifestación divina, seremos destinados tal vez a otro planeta, a otra vida?...
- ¡Quién sabe!
- ¿Han pasado muchos siglos? ¿La humanidad ha vivido mucho tiempo? ¿Dónde está el progreso de los hombres? ¿Nada ha quedado, acaso, de todos los esfuerzos, de todas las preocupaciones; ha podido el tiempo destruir tantas cosas magníficas?
- ¡Quién sabe!
- ¡Habladme, por Dios! Dadme una luz, sacadme esta tortura o dejadme en la nada, pero no prolonguéis este estado de laceración. ¿Esta noche terminará? ¿Habrá una nueva aurora?
- ¡Quién sabe!
En la extensión desolada y sombría, algunos esqueletos comenzaron a moverse y a animarse. Caminaban lejos de nosotros, en diversas direcciones.
- ¿Vos sois acaso cristiano? ¿Conocisteis y amasteis a Cristo?
- Tú hablas de Cristo. ¿En tu tiempo aún se le conocía? ¿Eres tan viejo? Otras regiones se sucedieron en el mundo. Muchas vueltas dio la Humanidad. Hubo otros profetas, otros ideales, otras religiones, y tantas, que la Humanidad dudó un día que Cristo hubiera existido y que su religión hubiera tenido prosélitos.
- Eso es imposible. Cristo vive en el cielo. Cristo me salvará. Cristo está a la diestra de Dios, él era el Hijo de Dios, él velaba por la especie y por el Espíritu humano.
- ¡Quién sabe!
- Cristo, a la hora final del Universo, vendrá a buscar a sus hijos, intercederá por ellos ante Dios, les dará una mansión de bienaventuranzas…
- ¡Quién sabe!
- Allí nos reuniremos todos los que en vida nos amamos. Allí encontraremos a nuestros seres queridos. Allí el espíritu de los buenos tendrá una dulce consolación.
- ¡Quién sabe!
- Mi alma y mi cuerpo serán vueltos a la vida. Y mis amados serán vueltos a la vida y todo lo que fue volverá a ser.
- Tú no eres tú. Tú no fuiste tú. Tú no serás tú. Tu cuerpo venía de la tierra. Lo que fue un día en la vida tu sangre, había sido antes la vida latente de una serie de sustancias. Tu sangre vino del mineral que absorbe la planta y que dio el dulce fruto de nutrición a tu padre; en tu sangre había gases de la atmósfera que alimentaron los pulmones del que te engendró. En tu cerebro había neuronas que se componían de sustancias químicas y que se animaban al calor del Sol, al efluvio de los cuerpos compuestos, al estímulo de excitantes diversos. Todo tú, eras sacado de la naturaleza. Cuando volviste a la tierra, tus gases descompuestos ardieron en el fuego fatuo y se descompusieron en el aire; tus grasas alimentaron la tierra y dieron savia a los árboles del cementerio, de tu cerebro salieron gusanos, que dieron vida a las crisálidas, y un día las crisálidas levantaron sus finas alas en la limitada extensión del ataúd, en las sombras, y murieron, y también fueron nuevos gases que filtraron el zinc de tu caja. En tu cuerpo había aceites que penetraron en la madera y la pudrieron; en tus huesos había sales y sustancias que se descompusieron y se disgregaron y abonaron las raíces que los árboles buscaban. Un día nada quedó de tu cuerpo. Todo lo que formaba la armonía de tu ser, está hoy repartido. Una parte fue a convertirse en la madera de un mueble; otra parte, vegetal, fue a filtrarse en las neuronas de un hombre; los minerales sirvieron de componentes a una fortificación de guerra; algo de ti fue al espacio con otros elementos. Tú estás disgregado en la Naturaleza. Pero ya el sol no anima y la sustancia no vibra, y todo, todo, ha concluido definitivamente…
Ahora somos una vana imagen intangible; somos un recuerdo; pero toca tus miembros, busca tus huesos; no encontrarás nada, nada.
Y toqué mis miembros y nada era perceptible. Yo era una especie de efluvio, una idea, algo intangible, vago.
- Pero la humanidad no puede perecer así. Tenemos un fin. Yo soy creyente. Yo creo en Dios.
- Dios era lo que animaba el mundo y ya ves que no existe el mundo. ¿Dónde está, pues, Dios?
- Dios existe y es eterno. Él vendrá por sus hijos. Jesucristo me acompaña. Yo creo que él vendrá; él es la esperanza, el áncora de salvación del mundo. Él se sacrificó por los hombres…
- ¡Quién sabe!
- Él no puede abandonar a los suyos. Vamos a invocarle. Vamos en pos de él. Recemos. Recemos, por Dios, recemos; la oración nos acercará al Creador. Jesucristo oirá nuestras plegarias.
El esqueleto quedó un gran momento silencioso, con la calavera inclinada sobre el esternón, en desoladora actitud.
Yo comencé a rezar, espantado, contrito, poseído por un pavor trágico: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador del cielo y de tierra…
- No reces, es inútil.
- ¡Madre mía, madre mía! ¿Dónde estás? ¿Por qué no oyes mis clamores? ¿Por qué abandonas a tu hijo? ¿Dónde están tu espíritu, tu amor inmenso, tu abnegación y tu martirio? ¡Madre mía, madre mía! -gritaba yo desconsolado y mi voz se perdía sin eco en la extensión siniestra.
- ¡No llames, es inútil!
- Pero, ¿por qué esta tortura? ¿Por qué esta crueldad? ¿Por qué se me ha vuelto a la vida, por qué esta maldita razón? ...
- No protestes. ¡Es inútil!
Entonces yo me arrodillé a los pies de aquel raro esqueleto, y le dije sollozando, con toda la sinceridad de mi alma:
- Escuchadme: vamos en pos de Cristo. Invoquemos a Cristo; él es el único que puede salvamos; él no nos abandonará; recemos, señor, recemos; sed piadoso, sed creyente; tal vez por vuestra falta de fe, él no nos escucha. Aunemos nuestra plegaria; creed en Cristo. . .
Y él, con una tristeza infinita, con una desoladora melancolía, con un desencanto indescriptible, inclinó la apesadumbrada cabeza y me dijo estas palabras:
- Hermano mío, Cristo soy yo.

Los huesos se animaban, se animaban, y el sol iba oscureciéndose, fijo en el mismo punto del horizonte...


Esta noche: La otra invasión


La semana pasada Librerías Ibero anunció la inauguración de su nuevo local en Comandante Espinar 840 (a unos pasos del Ovalo Gutiérrez) y contó con la presencia de Edmundo Paz Soldán, quien presentó su novela Norte. Esta noche será (de eso estamos seguros) igual de interesante, pues habrá una conversa entre Jorge Eduardo Benavides, Fernando Iwasaki y Francisco Ángeles en torno al Cuento Peruano en España. Una buena forma de empezar los feriados de semana santa.
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Un poema de José María Eguren (07 / julio /1874 – 19 / abril / 1942)


Cuando tiembla la noche tardía
en los arenales y los campos negros,
se oyen voces dolientes, lejanas,
detrás de los cerros.
¡Es el canto del bosque perdido,
con la gama antigua de silvestres notas,
o el gemir del turbón ignorado,
por vegas y sombras!
¡O el distante clamor de las fieras
que en las pampas brunas
y en las lomas y campos eriales
envían al hombre sus iras nocturnas!
¡El coro que sube remoto a los cielos
será de la muerte la roja palabra
o el clamor de ciudad brilladora
que se hunde, se apaga!
¡El rondó que triste
las pendientes dormidas circunda:
el grito del odio será de los montes,
será de las tumbas!
Cuando se obscurecen las bromas erguidas
en los arenales y los campos negros,
cómo suena el dolor de la noche
¡detrás de los cerros!


15 abril 2011

Esta noche: Edmundo Paz Soldán presenta: Norte



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Agenda del FESTIVAL Ñ hoy!!!!


16.00h Conferencia
JEREMÍAS GAMBOA
Yo tampoco sé qué diablos hacer después del boom Vargas Llosa
¿Cómo asume un narrador peruano el hecho de que el escritor bandera de su país se haya ganado el premio más importante de las letras mundiales? ¿No era que, como en el fútbol, estábamos acostumbrados siempre a los fracasos? Este será un intento desesperado por imaginar una forma de ejercer el oficio de escritor en un país post Premio Nobel y bajo la sombra cada vez más agigantada de nuestro mayor novelista. Centro Cultural de la UNMSM. Salón de Grados

17.00h Pareja de baile
EDGARDO RIVERA MARTÍNEZ y JAVIER ÁGREDA
El arte de conversar
Uno de los mayores escritores del Perú se enfrenta con uno de los críticos más distinguidos del panorama actual, y que es, además, gran estudioso de su trayectoria literaria. A partir de la obra de Edgardo Rivera Martínez, la conversación discurre por los temas que apasionan a ambos protagonistas, desde el manejo del lenguaje hasta los temas de mayor actualidad. Centro Cultural de la UNMSM. Salón General

18.00h Conferencia
MARIO MENDOZA
Violencia transpolítica y ciudades apocalípticas
En las ciudades-cáncer proliferan lo enfermo y lo monstruoso. Son ciudades-máquina que eliminan desechos humanos como si se tratara de basura maloliente. La violencia transpolítica no proviene de «afuera», como la de los grupos guerrilleros o la de las mafias del narcotráfico, sino de «adentro», de las entrañas mismas de una sociedad que ha entrado en catástrofe y que empieza el proceso de su autodestrucción. Biblioteca Nacional del Perú

18.30h Pareja de baile
ALBERTO ÍSOLA y ENRIQUE PLANAS
Teatro y literatura: puntos de encuentro
El más prestigioso director de teatro del país, Alberto Ísola, tiene fama de lector agudo y versátil. ¿Cómo se enfrenta a un texto? ¿Hace distinciones entre la lectura por placer y por trabajo? Para responder a estas y otras preguntas conversa con Enrique Planas, uno de los escritores más reputados de la nueva generación. Centro Cultural de España

19.00h Lectura poética
MARCO MARTOS
El jazmín y la mandrágora
Quiera fuera Premio Nacional de Poesía en 1969 y que actualmente preside la Academia Peruana de la Lengua leerá una selección de sus poemas. Con su voz, la palabra escrita retoma la oralidad y el gesto pasa a formar parte de la literatura. Casa de la Literatura Peruana

19.30h Conferencia
ANDRÉS NEUMAN
Los aeropuertos latinoamericanos, una especulación literaria
¿Los aeropuertos son realmente insípidos, molestos? ¿O son una asombrosa y sintética cartografía humana y política? ¿Merecen ser llamados no-lugares? ¿O quizás, a través de un ojo poético y periodístico, pueden convertirse en hiperlugares capaces de explicar la realidad como si fuera un libro múltiple? Centro Cultural de España

20.00h Pareja de baile
JOSÉ TOLA y RAÚL TOLA
Tola vs. Tola
Inmenso pintor, viajero incansable, músico, siempre polémico, José Tola habla de su trabajo, sus intereses y sus planes con el reconocido periodista y escritor Raúl Tola, su sobrino, en un encuentro que promete diversión, controversia y mucho arte. Casa de la Literatura Peruana

20.30h Lectura poética
DARÍO JARAMILLO AGUDELO
Poemas de amor, olvido y felicidad
Una voz íntima –o, como se titula su novela más reciente, una voz interior– respira en los poemas de uno de los escritores colombianos más importantes del panorama actual. Al caer la noche, se podrá escuchar cada verso pronunciado por su propio autor, en un acto semejante al de desnudar el alma. Centro Cultural de España

21.00h Pareja de baile
ENRIQUE CIRIANI y JULIO VILLANUEVA CHANG
La generosidad del arquitecto
La inmediatez a la que hoy están sometidas las obras de arquitectura supone un predominio del interés lucrativo en un oficio que ha exigido siempre una actitud estética y generosa. ¿Qué significa hoy la autoridad de un arquitecto? Centro Cultural de España

22.00h Cara a cara
GIOVANNA POLLAROLO y ALEJANDRA COSTAMAGNA
Refugios de la escritura: guiones, fanzines y servilletas
Existe una materia prima en el inconsciente que reaparece una y otra vez, hasta que, maleable, se incorpora a la escritura. En esta charla se realiza una revisión de los contornos flexibles entre literatura y periodismo; entre poema y noticia; entre obsesión y artesanía. ¿Cómo la cotidianeidad va tejiendo los textos? ¿Hay certezas en el proceso creativo? Centro Cultural de España

23.00h Encuentro
WASHINGTON CUCURTO
Libros, zanahorias, poesía, sexo, cumbia y todo lo demás
Interactivo y distendido, quien fuera director de la editorial Eloísa Cartonera aborda los nuevos fenómenos culturales como el cooperativismo, la edición artesanal, la poesía y las narrativas contemporáneas, y otras formas de intervención y difusión de la producción cultural. Centro Cultural de España

Vallejo, hoy, a 73 años de su partida


París, 15 abr (EFE).- El poeta peruano César Vallejo, que alumbró "Trilce", una de las obras cumbre de la poesía en castellano, recibió hoy homenaje en su ciudad de acogida con la inauguración de una ruta turística que rememora su paso por París.
Cerca de tres kilómetros de paseo y una quincena de lugares vinculados a la vida del literato, que profetizó con sus versos "me moriré en París con aguacero,/ un día del cual tengo ya el recuerdo", articulan una visita por las calles de la Ciudad de la Luz, donde Vallejo (Santiago de Chuco, 1892 - París, 1938) pasó quince años de su vida.
La Torre Montparnasse, donde se ubicaba la antigua estación en la que desembarcó el autor de "Los heraldos negros", el primero de la ristra de hoteles que albergaron al poeta, o el café de La Régence y el Théâtre de la Comédie Française, ambos mencionados en el poema "Sombrero, abrigo, guantes", son algunos de los enclaves recogidos en "Ruta Cervantes - César Vallejo".
A ellos se suman el célebre Café de la Paix, situado a escasos metros de las oficinas de Les Grands Journaux Ibéro-Americains, donde trabajó, así como otros rincones que permearon en la obra del peruano.
Se trata de un itinerario que invita a descubrir los lugares que modificaron el destino del poeta que a los 31 cambió Perú por París, ciudad que tendría que abandonar años más tarde por sus vinculaciones con el partido comunista y a la que, tras pasar por Madrid, regresó hasta su deceso.
La presentación del recorrido, concebido por el Instituto Cervantes y disponible en su página web, coincidió con la ofrenda floral realizada en el aniversario de la muerte de Vallejo, que fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, donde reposan también los escritores Julio Cortázar y Jean-Paul Sartre, el cantante Serge Gainsbourg o el fotógrafo Man Ray, entre otros ilustres.
En un acto que contó con la presencia del Premio Cervantes de Literatura y embajador de Chile ante Francia, Jorge Edwards, el embajador peruano, José Antonio Arróspide, destacó a Vallejo como "una de las grandes voces de la lengua castellana" y explicó que su obra tuvo "una enorme importancia" en la poesía en castellano que le sucedió.
Arróspide subrayó la "enorme sensibilidad" de Vallejo y la reivindicación de sus raíces latinas a través de la escritura, concretamente al dedicar "una permanente atención" a los problemas de América Latina y de España.
"De hecho, una de sus obras más importantes está dedicada a España", recordó en referencia al poemario "España, aparta de mí este cáliz", escrito en plena guerra civil española, en los últimos meses de 1937.
Durante el homenaje, se leyeron versos del poeta y se rememoró su estadía en París, donde arrancó una carrera como cronista de las modas y extravagancias urbanas y fue evolucionando hacia la reflexión política que caracteriza la última etapa de su poesía.
La ruta de Vallejo es la continuación de otros itinerarios artísticos grabados virtualmente sobre el suelo de la ciudad, como los que trazan la senda del cineasta español Luís Buñuel o del poeta mexicano Octavio Paz.
Le seguirán otros clásicos como Pío Baroja, Antonio Machado o Gabriel García Márquez, en una lista en la que figurarán también varios escritores peruanos como el premio Nobel de literatura Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro o Alfredo Bryce Echenique.
La gestora cultural del Instituto Cervantes, Raquel Caleya, señaló que se trata de un proyecto "muy ambicioso y muy complejo" pues en total serán una cincuentena los autores en lengua castellana los que podrán descubrirse a través de itinerarios por la ciudad. (EFE)

13 abril 2011

¡¡¡Hoy arranca el Festival Ñ en Lima!!!


Alan Pauls, esta  noche en la Biblioteca Nacional

Estas son las principales actividades programadas para hoy, miércoles 13 de abril.
Si prefieres descargarte el programa completo de los cuatros días en PDF, pincha aquí.

17.00 Cara a cara
Fernano Ampuero y Benjamín Prado
Escribir es envolver la calle en un libro
Lo que tropezamos al caminar, lo que cruza ante la vista y genera un pensamiento tiene, por una parte, una enorme fuerza evocadora y, por otra, más allá del juego de la metonimia, posee la capacidad de producir imágenes que son retenidas en la memoria y que, con el tiempo, quién sabe cuándo, se transforman en literatura, en un proceso tan misterioso como fascinante.
Lugar: Casa de la Literatura Peruana

18.00h Conferencia
Alan Pauls
Elogio del acento
De cómo un puñado de hits musicales de los años 60, cantados en castellano con un escandaloso acento brasileño, pueden dar cátedra sobre los usos políticos de la lengua y desactivar el fascismo de las identidades plenas.
Lugar: Biblioteca Nacional del Perú

18.30h Conferencia
Luis Freire
La gente es como Robespierre
¿Por qué? Porque desconfía de lo divertido ¿Acaso es banal lo que está revestido de gracia? Puede serlo, o no. Nada más serio que el humor cuando lo alimentan las más hondas angustias. La sutil ironía como forma de defensa personal y la sonrisa como un regalo al lector son cualidades de la escritura que Luis Freire sabe muy bien cómo lograr.
Lugar: Casa de la Literatura Peruana

18.30h Cara a cara
Guillermo Niño de Guzmán e Ignacio del Valle
Por qué la sangre es más negra que la conciencia
Sin negar su culpabilidad, dos autores del género policial confiesa los actos innombrables que han cometido en nombre de la literatura y cómo han perpetrado sus escrituras. Así dejan un rastro para conducir a cualquier detective hacia su particular visión del género negro.
Lugar: Centro Cultural de España

19.00h Lectura poética
Paul Guillén, Giancarlo Huapaya Cárdenas, Diego Lazarte, Cecilia Podestá y Tilsa Otta Vildoso
Sub versiones del verso. Nuevas propuestas de la poesía peruana
A partir de la tradición se produce una mutación que origina nuevos tiempos y geografías. ¿Dónde está lo novedoso? ¿La escritura se sigue transformando? ¿Qué coyunturas, caminos y discursos maneja la nueva poesía peruana? A estas preguntas responden, con su poesía, cinco autores de nueva generación.
Lugar: Centro Cultural de la UNMSM. Salón General

19.30h Mesa redonda
Benjamín Prado y Jorge Eduardo Benavides
Perú en los Cuadernos Hispanoamericanos
Las riquezas literarias del Perú se reflejan en un número dedicado por entero a explorar en su forma y su lenguaje. Junto a ello, los autores analizarán la trayectoria e importancia de esta emblemática revista literaria, fundada en 1948.
Lugar: Centro Cultural de España

20.30h Lectura poética
Carmen Valdivia, Gloria Portugal, Elena Pasapera y Alina Gadea
Scriptura
Una cita para escuchar los poemas escritos por las ganadoras y finalistas de las convocatorias del Concurso de Poesía de Mujeres Scriptura, organizado por la Comisión de Escritoras del Pen Club Internacional del Perú y el Centro Cultural de España, con el objetivo de ampliar las fronteras de la creación femenina y democratizar el arte. Con la colaboración de Pen Club Internacional.
Lugar: Centro Cultural de España

22.00h Pareja de baile
Gustavo Rodríguez y Renato Cisneros
Tras cuernos, libros
¿Qué sería de los escritores de ficción si la infidelidad desapareciera del mundo? Estos dos escritores son buenos amigos y abordan, cada uno desde su perspectiva, cómo burlar, o al menos intentarlo, los votos matrimoniales. Un tema espinoso al que ninguno de los dos teme hacer frente.
Lugar: Centro Cultural de España


 INGRESO LIBRE A TODAS LAS ACTIVIDADES