29 diciembre 2011

¿Puedes cambiar tu destino? Rubén Jungbluth responde a tus preguntas.

El día de hoy el diario La República publica una interesante entrevista a Rubén Jungbluth, autor de "Los niños eurítmicos" y "Volver a nacer. Mudándose de casa", en donde explica el por qué de algunas realidades negativas en las personas y el cómo podemos mejorar las cosas. Jungbluth dirige además la empresa de astrología Astrovisión (CLICK AQUÍ), y es uno de los cosmobiólogos más reputados de América Latina.
Click AQUI para leer la entrevista.

Su último libro, "Volver a nacer. Mudándose de casa", está disponible vía AMAZON. Click aquí.


Portada de Volver a nacer. Mudándose de casa




21 diciembre 2011

Julio Ramón Ribeyro en la Casa de la Literatura Peruana


La Casa de la Literatura Peruana concluirá su ciclo de exposiciones temporales del 2011, con una muestra dedicada a Julio Ramón Ribeyro, destacado cuentista peruano y autor muy querido en el imaginario popular. La exposición titulada “Julio Ramón Ribeyro: la palabra del mudo” inaugura el jueves 15 de diciembre, a las 7:00 p.m. en el auditorio de la CASLIT (Jr. Ancash 207, Lima). Y permanecerá abierta de martes a domingo, de 10 a.m. a 8 p.m., hasta el 4 de marzo de 2012. El ingreso es libre.

Uno de los emblemáticos diarios del escritor será presentado en esta exposición (“Diario personal III”); así como uno de sus ceniceros, objeto muy importante en la vida del autor ya que como se recuerda era un apasionado fumador. También se podrá ver correspondencia personal; su máquina de escribir Olimpia, donde plasmó varios de sus escritos; una mesa-tablero de ajedrez con sus fichas; y manuscritos donde se pueden leer notas y reflexiones en torno a Alfredo Bryce Echenique, Mario Vargas Llosa, su padre y temas cotidianos. No podían faltar los premios y condecoraciones que el autor de Los gallinazos sin plumas recibió durante su vida: el diploma del Ministerio de Educación-INC (1958), la diploma del Premio Juan Rulfo (1994), la Medalla del Congreso de la República en el grado de Gran Oficial (2010), entre otras.
Además de los objetos ya mencionados se presentará una línea infográfica sobre la vida y obra del escritor con fotografías inéditas, y una muestra bibliográfica de las primeras ediciones de sus libros. Por otro lado, continuando con la tarea de promover la lectura desde los más pequeños, se ha preparado una breve muestra de sus cuentos, que se encontrará en el Bulevar de la Lectura Infantil. Esta parte del tributo, está dirigida y orientada a incentivar, en los primeros lectores, un acercamiento lúdico, visual y entretenido de la cuentística ribeyriana. Para esto se han seleccionado lecturas que se desarrollan en las aulas del sistema educativo nacional, tales como: “Los merengues”, “El banquete”, “Alienación”, “Al pie del acantilado” y “La botella de chicha”.

A través de esta muestra se busca rendir homenaje a este notable narrador, considerado como el más importante escritor de cuentos de la literatura peruana. Sus relatos han alcanzado un reconocimiento internacional entre el público lector iberoamericano. No obstante el magisterio de sus cuentos, su obra literaria ha incursionado meritoriamente en la novela, el diario personal y el género dramático.
Julio Ramón Ribeyro ha sido traducido al inglés, francés, alemán, italiano, holandés y polaco. Obtuvo los siguientes galardones: Premio Nacional de Literatura (1983), Premio Nacional de Novela (1960), Premio Nacional de Cultura (1993) y Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo. Publicó Los gallinazos sin pluma (1955), La palabra del mudo (IV volúmenes 1973-1992), Cuentos de circunstancias (1958), Las botellas y los hombres (1964), Silvio en El Rosedal (1977), Sólo para fumadores (1987), Crónica de San Gabriel (1960), Los geniecillos dominicales (1965), Santiago, el Pajarero (1965), Atusparia (1981), Prosas apátridas (1975), Dichos de Luder (1989), entre otros.

Para mayor información comunicarse con la Srta. Alessandra Tenorio, Jefa del Equipo de Promoción Literaria, a los teléfonos: 426 2573 anexo 103 / 990977993.


Los acontecimientos más relevantes de la cultura colombiana en el 2011

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Andrés Mauricio Muñoz, escritor colombiano y autor del estupendo y muy recomendable "Desasosiegos menores", acaba de ser comentado entre los mejores autores del 2011 precisamente con esta entrega, editada en Casatomada dentro de nuestra serie "Legión extranjera".
Felicitamos desde aquí a Andrés Mauricio, y felicitamos además su estupenda pluma e invitamos a los lectores a buscar "Desasosiegos menores" en las librerías de Lima, uno de los mejores regalos que pueden dar en estas fiestas.


Enlace de interés 1: CLICK AQUÍ
Enlaces de interés 2: CLICK AQUI


Un aplauso, un voto. Por Juan Manuel Chávez


Britney Spears llegó diez años tarde al Perú; y llegar tarde tiene sus consecuencias. Puede ser que ya nadie espere la visita o que ninguno valore el encuentro con la emoción que se siente por lo inaugural.
Sin embargo, Britney Spears sí tenía a miles aguardando por ella, fanáticas y no pocos fanáticos de entre veinte y treinta años que corearon sus canciones. Si bien, a su vez, fue un público de perspectiva crítica.
Diez años atrás, ese público era muy joven y adolescente, quizá lo suficientemente despreocupado como para sentir desagrado por los defectos del espectáculo. Hoy por hoy, ese mismo público ha presenciado en la ciudad, posiblemente, a Sting, Calle 13, Shakira o Metálica. Experiencias así modifican los patrones de juicio. A su vez, la estrella del pop ya no es la misma; la impronta de los excesos o los estragos de una maternidad llevada con cierto desorden, han restado energía a sus movimientos. Tan bella como en el pasado, más real o humana en todo caso, sus contorsiones en escena parecen lentas con respecto a los de su época de apogeo.
A decir verdad, la estrella del pop parecía la alumna promedio de un gimnasio en el que el ejercicio consistía en seguir las coreografías más famosas de Britney Spears. Fue un remedo de su pasado.

El espectáculo, que contaba con la compañía de una veintena de personas sobre un escenario movible y de varios niveles, podría pensarse como uno intencionalmente aparatoso si no fuera porque desde sus inicios, las presentaciones de Britney Spears siempre se han apoyado en la parafernalia: un híbrido entre el Cirque du Soleil y el programa de televisión Megaestructuras. Britney Spears se montó en una moto y luego navegó sobre madera en una embarcación de utilería; mientras que, a su alrededor, saltaban personajes egipcios, marchaban señoritos orientales y danzaban un par de vampiresas; todo, en medio de torres platinadas y arneses con alas. Por supuesto, también hubo ocasiones en que cantó.
Con todo, la estrella del pop no es la dueña del circo; sino, una de sus más atractivas esclavas. Semivestida durante toda la función como monito de feria, hay mucho de sometimiento a las exigencias del mercado, a la propia concepción que tiene de una carrera artística y a un imaginario de mujer que abusa del cuerpo como se emplean y, a la postre, descartan los objetos.

* * *

Hay espectáculos y escenas de la vida que llegan tarde. No solo un concierto de jueves por la noche; también pueden tardar los grandes sucesos, como el que refleja la fotografía.
Hace medio siglo, las mujeres votaron por primera vez en el Perú. Hace medio siglo, un poco más, las mujeres participaron en la elección presidencial; pero la participación de ellas no fue tan masiva ni activa.
La foto es elocuente en un aspecto: los responsables de las mesas de votación y del escrutinio son varones. Cuatro, sentados en carpetas de colegio, llevan adelante el proceso mientras una decena de mujeres espera su turno.
Hay quienes sostienen que el general Manuel A. Odría, que aspiraba a reelegirse, temía ser derrotado por otros candidatos más progresistas; por tanto, impulsó el voto femenino, pues lo imaginaba conservador y, en tal sentido, de su lado.
La anécdota puede ser verídica; incluso, también puede ser cierto que el voto femenino fuera conservador; pero más conservador parece el sistema: en el local de votación, a los varones y a las mujeres se les han asignado filas diferentes.
Ellas, en esta foto paradigmática del hecho, sintetizan en muchos sentidos el tiempo que les tocó vivir: por ejemplo, el tamaño de los cuellos de las blusas remiten a la moda de los cincuenta o los rostros cetrinos de algunas patentizan el proceso de migración que se venía gestando, con el despoblamiento del Ande a favor de la capital. O, quizá, el conjunto de mujeres sintetiza sobre todo el rostro múltiple de la humanidad en torno a una actitud capital: las reacciones que tenemos en las situaciones que demandan nuestra responsabilidad. En la foto están las mujeres que ríen, por diversión o nerviosismo; está la inquieta y, a su vez, la curiosa; también la escéptica al lado de la distraída. Una se muestra indiferente y otra, adusta e, incluso, irritada.
La joven de nariz recta, cejas delineadas, boca inexpresiva y escrupuloso peinado de raya al costado es la protagonista de esta foto de incógnitos -los varones, a fin de cuentas, son el simple decorado de este cuadro, como las columnas y las tiendas para votar-. Su mirada, desafiante, no solo reta al fotógrafo sino al sistema que la ha impulsado a participar. Parece que su voto será una venganza. Para esta joven, pionera anónima de las reivindicaciones y la igualdad a partir de su gesto; para esta joven, posiblemente, el voto femenino no solo está llegando tarde, sino que también asoma con yerros y prejuicios.
Me gusta pensar que Manuel A. Odría no alcanzó el poder gracias a ella.
El voto femenino llegó tarde en el mundo, llegó tarde en el Perú y lo hizo además con defectos. No así Britney Spears.

* * *

Al comienzo de este texto escribía que la estrella del pop llegó diez años tarde; pero no es cierto, pues llega tarde quien luego de haber comprometido su presencia se retrasa o pactó para un encuentro que mal cumple. Pero a Britney Spears no la ataban compromisos ni pactos; ella, sencillamente, un jueves por la noche cayó en la ciudad y pretendió brillar.
Y en algunos sentidos lo hizo, pues sus canciones fueron coreadas y los aplausos sobrevenían después de cada interpretación; será porque a fin de cuentas ella cayó como una oportunidad para cumplir los sueños antiguos de sus fanáticas y no pocos fanáticos; como cayó en su momento -o tarde llegó- el día preciso en que la mujer hizo su cola para votar y ejercer con menos restricciones su ciudadanía.
Cincuenta años median entre un evento público y el otro; a su vez, todo un universo entre el nivel de importancia que hay en los dos. No obstante lo antagónicos que son los motivos de cada reunión, me animó a creer contra el tiempo y la lógica, que la protagonista de la foto también estuvo en el concierto; al final, con la mirada adusta e, incluso, irritada.
Al salir del concierto, la protagonista de la foto comentó sin darse grandes ínfulas: “En mi casa, yo bailo mejor que Britney”. Con solo notar su resolución le creí. Algo similar habrá dicho de Odría.
Frente a los grandes momentos, aquellos eventos tan esperados o situaciones importantes para nuestra propia condición, ejercitar la inconformidad puede ser también el camino del proactivo. La vida es, muchas veces, el ejercicio glorioso del escepticismo.



17 diciembre 2011

Mauricio Rozas Valz entrevistado

Entrevista a Mauricio Rozas Valz, autor del volumen de cuentos "Nunca a tiempo", presentado hace pocos meses en Lima y Arequipa, en un canal de la Ciudad Blanca. Si no lo han leído, aún están a tiempo.

22 noviembre 2011

El final de una década intensa: última entrega de Los Noveles

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Los noveles es, para quien no lo sabe, una de las revistas virtuales de creación y cultura más importantes de hispanoamérica, y por cuyas páginas virtuales han desfilado plumas primerizas (y experimentadas) que ahora gozan del prestigio que la dedicación y el esfuerzo conceden. Su editor, Salvador Luis, luego de 10 años de intensa actividad literaria y editorial, ha decidido ponerle fin a esta aventura, seguro para darle mayor espacio a esa su otra pasión: el cine.
Desde acá nuestro cariño para Salvador, colega y compañero de ruta, y una adiós a Los Noveles, que seguirá disponible en la matrix íntegramente para fines de archivo y para cualquier internauta que desee sumergirse en la historia de la literatura hispanoamericana última.
¡Buen viaje, Los Noveles!

17 noviembre 2011

El valor de una coma


Muchos dicen que la escritura depende del estilo personal y punto. Que, hache más, hache menos o tilde más, tilde menos, los mensajes se entienden igual. Que las normas ortográficas o de puntuación censuran la libertad expresiva: son la policía de la lengua.
Para todos ellos (los indignados contra las reglas de la normativa española, los apóstoles de la emancipación total de las convenciones compartidas para el uso del lenguaje), van estos casos en los que una coma, una sola coma, hace la diferencia:
En lo que sigue, una selección de frases reales tomadas de titulares periodísticos o de carteleras públicas. Todas presentan problemas de ambigüedad: así como están, se pueden entender dos cosas distintas o bien una cosa en particular, ¡pero imposible del modo en que está planteada! Así sucede en:
"Un avión español se estrella en Turquía por tercera vez en lo que va del año".
¿No era que solo los gatos tenían siete vidas? Si no se trataba del mismo avión, correspondía coma antes de "por tercera vez".
"Para cuantos entre ustedes tienen hijos y no lo saben, tenemos en la parroquia una zona arreglada para niños."
Mensaje solo dirigido a los padres que desconocen su condición de tales...
"El coro de los mayores de sesenta años se suspenderá durante todo el verano con agradecimiento por parte de toda la parroquia".
"El mes de noviembre terminará con un responso cantado por todos los difuntos de la parroquia".
Y este caso final -una humorada que circula por Internet- para las feministas:
"Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda".
en el que una mujer pondría la coma después de su sustantivo y un hombre, detrás de "tiene".
Como vemos, el orden de los factores altera, también en la lengua, el producto. Y si no se cambia el orden, se debe poner comas para aclarar el sentido...


El foro de discusión de LIBROS EN RED, AQUI

15 noviembre 2011

08 noviembre 2011

David Roas entrevistado (a propósito del Setenil 2011)


'Pacté con el Sobrino del Diablo, con las meigas, los duendes y con dios-Borges, claro'

David Roas, con su libro ‘Distorsiones’ (ed. Páginas de Espuma), acaba de ganar la VIII Edición del Premio Setenil al mejor libro de relatos publicado en España. O al menos, eso dicen. Porque los mundos de Roas están llenos de tantas grietas que la realidad —y lo que es peor, los 12.000 euros del premio— podrían escurrirse en cualquier momento por una hendidura. No hay certezas. Los bebés se carcajean en el vientre de sus madres, los amantes se duplican, tu abuela es un vampiro.

- P.—¿Haber ganado el Setenil es algo fantástico, maravilloso o surrealista?
- R.—Por suerte, realista.
- P.—¿Seguro que no ha pactado con el diablo o al menos, con ese Sobrino del Diablo que aparece en sus cuentos?
- R.—No sólo he pactado con el Sobrino del Diablo, sino también con las meigas gallegas (de allí es mi madre), con los duendes irlandeses (me tomé unas cuantas 'Guinness' para invocarlos), y con dios-Borges, claro.
- P.—Sus personajes viajan muchísimo. En el Apolo 11, en trenes, en aviones... ¿De dónde vienen? ¿Dónde van?
- R.—Vienen de la aburrida realidad y su destino es, sin duda, El Otro Lado del espejo. La Distorsión.
- P.—Y cuando no viajan, en la cama o en el bar.
- R.—Con una diferencia. En la cama los asaltan más distorsiones mientras que en el bar ocurren otras cosas. Ya lo decía William Blake: "La iglesia es fría y húmeda, pero la taberna es saludable y placentera. Allí sólo pueden pasar cosas buenas".
- P.—¿Qué resulta más perturbador: la mente o la carne?
- R.—La mente. Ahí está lo incontrolable, que, como Hyde, sale de vez en cuando e inunda la realidad.
- P.—En su cuento 'Das Kapital', el protagonista vuela en primera clase y a través de las cortinas, espía a la clase turista aterrorizada por las turbulencias. Sin embargo, se inhibe de actuar. Y ésta es una tónica en sus relatos: sus personajes suelen asistir como espectadores al hecho extraordinario o se amoldan a él sin demasiadas tribulaciones. ¿Por qué no dan ese paso? ¿Qué temen?
- R.—No es cobardía, sino acomodación. Mi idea de lo fantástico, que veo también en otros escritores fantásticos actuales excelentes (Iwasaki, Esteban Erlés, Jacinto Muñoz Rengel, F. J. Palma...), tiene que ver con un desarrollo menos dramático de las historias. Los personajes parecen tan perdidos antes como después de enfrentarse a lo imposible. Una vez dentro del nuevo orden, saben que no hay vuelta atrás. Claro que, a veces, como en 'La casa ciega', el verdadero horror está en no querer saber.
- P.—Hablando de viajes: "mecenazgo y tauromaquia" son los pilares del programa cultural del PP. ¿LUn alucinante viaje al pasado?
- R.—Sin duda. A un pasado oscuro y tormentoso. Eso sí será terror del bueno y no el de lo fantástico: el Monstruo vuelve de la tumba para hacer —de nuevo— de las suyas, sin que nadie pueda controlarlo...
- P.—'Distorsiones' está lleno de guiños al terror clásico: casas encantadas, demonios, cementerios... ¿Lo inexplicable siempre nos infunde terror?
- R.—Sin duda. Acudo al maestro Lovecraft: "La emoción más antigua y más intensa de la humanidad es el miedo, y el más antiguo y más intenso de los miedos es el miedo a lo desconocido".
- P.—También hay mucho humor en su libro. ¿El humor es lo contrario del terror o la última puerta abierta por la que escapar del miedo?
- R.—En ciertas formas como en el humor negro, la risa es una manera de protegerse. Pero en otras, el humor es una forma de potenciar esa distorsión que busca lo fantástico. Lo fantástico y el humor son dos vías de explorar nuestra realidad desde la transgresión. De demostrar lo absurdos que somos.
- P.—Ahora imagine un relato con los siguientes protagonistas: Berlusconi...
- R.—Con él escribiría un cuento grotesco, claro. Convertiría a 'Berlusca' en una combinación de viejo hipersalido y monstruo frankensteiniano construido con partes que iría perdiendo a lo largo del relato, empezando por el pelo y terminado, claro está, por el pene (en alguna orgía inverosímil).
- P.-Scarlett Johanson...
- R.—Como no me tienta demasiado, (prefiero de largo a Kate Blanchet y, sobre todo, a Charlize Theron), quizá podría colocarla un cuento realista sucio a lo Carver, ya con cuarenta y pico, una gorda 'white trash' sin futuro.
- P.-Paulo Coelho...
- R.—Aquí lo tengo muy claro: un cuento de humor caústico, muy al estilo Woody Allen. Quizá con un final alegórico en el que Coelho, atrapado en la biblioteca de su mansión por un derrumbe, se ve obligado a comerse todas sus novelas para sobrevivir. Al final muere, claro está, envenenado.


Tomado de AQUI HOY


19 octubre 2011

Sólo para lectores de manos ávidas... de literatura


¿Tu padre esconde números de Playboy en la parte más alta del armario? ¿Alguna vez imaginaste tu propia película XXX y te encerraste en el baño para consumarla? ¿Te gustan las señoras de la tercera edad? ¿Los cojos? ¿Los calvos? ¿Las holandesas?... ¿Vendiste fotografías de tu hermana a los compañeros de clase a cambio de fotografías de Denise Dior y el caballo?... ¿Bajaste episodios de “Bangbus” de Internet?
Pues si no lo has hecho, al menos lee este libro. No porque vayas a encontrar todo lo anterior (la verdad, ninguna de estas historias tiene que ver ni con ancianos ni calvos ni holandesas), sino porque encontrarás otros tantos personajes, y otras tantas meditaciones, y un sinnúmero de maravillosas “puestas en escena” reales y virtuales que te confirmarán que la única condición de este libro es, efectivamente, la pornografía.

LA CONDICIÓN PORNOGRÁFICA
Selección y prólogo de Salvador Luis
Epílogo de Tatiana Goransky
Editorial El Cuervo: Bolivia, 2011

Patricio Pron (Argentina, 1975)
Pablo Gutiérrez (España, 1978)
Gabriela Bejerman (Argentina, 1973)
Luis Hernán Castañeda (Perú, 1982)
Jorge Alfonso (Uruguay, 1976)
Andrea Jeftanovic (Chile, 1970)
Miguel Antonio Chávez (Ecuador, 1979)
Antonio J. Rodríguez (España, 1987)
Mayra Luna (México, 1974)
Giovanna Rivero (Bolivia, 1972)
Vizania Amezcua (México, 1974)
Katya Adaui Sicheri (Perú, 1977)
Solange Rodríguez Pappe (Ecuador, 1976)
Roberto Valencia (España, 1972)

Se ha habilitado también el blog oficial de la antología, donde publicaremos todas las novedades y noticias del libro: http://lacondicionpornografica.blogspot.com/ 
Reciban un cordial saludo,
Salvador Luis


EL vampirismo en América Laitna: EN SAN MARCOS


El Instituto de Investigaciones Humanísticas invita a la comunidad académica al seminario “El vampirismo en América Latina: orígenes del mito en el cuento de terror” a cargo de la Dra. Lola López Martín. El seminario se llevará a cabo los días 24 y 25 de octubre de 2011 a las 17:00 horas en la Sala de sesiones del Decanato de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El ingreso es libre, previa inscripción en las oficinas del Instituto.
El seminario ofrecerá una revisión crítica de la construcción del personaje del vampiro, nacido en el siglo XIX. Este personaje ha sido poco estudiado en la literatura latinoamericana, a pesar de que a lo largo del XIX encontramos textos protagonizados por muertos vivientes que descubren un lado oscuro de la realidad y del alma humana. En este seminario se revisará el origen del mito del vampiro en la cuentística hispanoamericana, desde mediados del siglo XIX hasta principios del XX. Los relatos en que se ocupará serán fundamentales para ilustrar algunos elementos de la literatura de terror así como del panorama cultural de la época. Asoman en ellos, desde muy diversas perspectivas, aspectos como la exploración de los instintos, lo siniestro, el mal, el erotismo, entre otros.
Lola López Martín es doctora en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesora en el Instituto Cervantes de Utrecht y la Universidad Erasmo de Rótterdam (Países Bajos). Ha sido editora para el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), la Real Academia (proyecto CORDE) y Lengua de Trapo. Es autora de dos antologías: Penumbra. Antología crítica del cuento fantástico hispanoamericano (2006, edición y prólogo) y R.I.P. Antología del cuento de terror hispanoamericano del siglo XIX (2010, selección y epílogo). Ha sido investigadora en el Dipartimento di Scienze Filologiche e Linguistiche de la Universidad de Palermo (Italia) y en la actualidad trabaja sobre la ciencia ficción latinoamericana en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Las inscripciones deben realizarse en el Instituto de Investigaciones Humanísticas. Los interesados deben fotocopiar el material bibliográfico.
Atención: lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m.
Teléfono: 014524641, anexo 70
iihunmsm@gmail.com

CONFERENCIA DE LOLA LÓPEZ MARTÍN


El Instituto de Investigaciones Humanísticas invita a la comunidad académica a la conferencia “Brujas, sirenas y maldiciones incas: el sincretismo en los orígenes del cuento fantástico hispanoamericano” de la Dra. Lola López Martín. Este evento se llevará a cabo el miércoles 26 de octubre de 2011 a las 19:30 horas en el Auditorio Auxiliar de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El ingreso es libre.
La conferencia abordará el estudio de una parte del cuento fantástico del siglo XIX donde el sincretismo sociocultural de América Latina ha moldeado una forma propia de percibir y mostrar la realidad. Este sincretismo es el incentivo de una imaginación literaria también propia, en la cual lo sobrenatural convive con lo cotidiano en un entorno marcado por el magnetismo de la naturaleza, la herencia del pasado precolombino y aportaciones populares como la brujería.
En la conferencia se explicará el origen del cuento fantástico en torno de las tres temáticas particulares de 1) la hechicería, la práctica de la brujería está ligada a creencias satánicas y a la superstición, en parte de la cuentística del mexicano José Bernardo Couto y del salvadoreño Francisco Gavidia, 2) la naturaleza, es decir, los poderes siniestros personificados en el paisaje americano que asoma en esta narrativa como un signo de identidad literaria y cultural, en algunos cuentos del mexicano Justo Sierra y 3) lo legendario, las huellas del mestizaje se proyectan en ciertas narraciones de la argentina Juana Manuela Gorriti y de Ricardo Palma en las que el amor entre incas y españoles hace aparecer fuerzas sobrenaturales y, finalmente, la muerte, como consecuencia de la ruptura del tabú que prohíbe dicha unión.
Lola López Martín es doctora en Literatura Española e Hispanoamericana por la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido profesora en el Instituto Cervantes de Utrecht y la Universidad Erasmo de Rótterdam (Países Bajos). Ha sido editora para el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), la Real Academia (proyecto CORDE) y Lengua de Trapo. Es autora de dos antologías: Penumbra. Antología crítica del cuento fantástico hispanoamericano (2006, edición y prólogo) y R.I.P. Antología del cuento de terror hispanoamericano del siglo XIX (2010, selección y epílogo). Ha sido investigadora en el Dipartimento di Scienze Filologiche e Linguistiche de la Universidad de Palermo (Italia) y en la actualidad trabaja sobre la ciencia ficción latinoamericana en la Universidad Autónoma de Barcelona.

10 octubre 2011

En noviembre... en edición limitada...

Luego del exitoso debut de "17 fantásticos cuentos peruanos" volumen 1, en noviembre lanzaremos el esperado segundo tomo en edición limitada. Estos son los autores que conforman este esperado volumen: Alfredo Castellanos, Felipe Buendía, Siu Kam Wen, Carlos Herrera, Fernando Ampuero, Carlos Enrique Freyre, Alexis Iparraguirre, Carlos Yushimito, Juan Manuel Chávez, Miguel Ruiz Effio, Luis Hernán Castañeda, Julie De Trazegnies, Sandro Bossio, Carlos Enrique Saldívar, Jorge Casilla, Gonzalo Casusol y Katya Adaui.
¡¡¡Estén atentos!!!

06 octubre 2011

Una de Strokes para el viaje al norte

Tranströmer, el nuevo Nobel de Literaura.


Es el poeta vivo más importante de Suecia y su nombre aparece todos los años en los medios como candidato al premio Nobel. Este año, Tomas Tranströmer, escritor y psicólogo, ha sido galardonado con el galardón de la Academia Sueca, dotado con 10 millones de coronas suecas (1,1 millones de euros), un año después de que se lo llevara el hispano-peruano Mario Vargas Llosa.
En las quinielas sonaron también nombres como Bob Dylan o Murakami. Finalmente, ha sido elegido este octogenario poeta, parte de cuya obra publica en España la editorial Nórdica, que destaca del autor que "ha compaginado durante toda su vida su trabajo de psicólogo en centros penitenciarios y hospitales [ha trabajado en la rehabilitación de delincuentes juveniles] con la escritura de poemas, intentando transmitir cierto orden al mundo". "De los poetas desconocidos del siglo XX, él es el más influyente", señaló a ELMUNDO.es Diego Moreno, editor del sello, que acaba de lanzar 'Deshielo a mediodía'.
"No creía que podía llegar a vivir esto", dijo su mujer, Monica Tranströmer, a medios suecos desde su casa de Estocolmo. El poeta tiene dificultades para hablar desde que en 1990 sufrió un ataque de apoplejía, aunque eso no le ha impedido seguir escribiendo. Según su esposa, "se siente cómodo con todas esas personas que vienen a felicitarlo y a fotografiarlo" y está "contento" y "emocionado" con el galardón.

'Acceso fresco a la realidad'
La Academia destacó la obra de Tranströmer porque "a través de sus imágenes condensadas y traslúcidas nos ha dado un acceso fresco a la realidad". Sobre él ha dicho el New York Times: "Los poemas de Tranströmer nos permiten acceder a lo más profundo de una imaginación desbordante, admirable... Estos poemas nos muestran a uno de los mejores escritores de las últimas cinco décadas".
En el prólogo de 'El cielo a medio hacer', Carlos Pardo señala: "Hay poetas que nos hacen más inteligentes, más despiertos, que nos vuelven sutiles o sentimentales o contradictorios. Tranströmer nos coloca en el mundo, en eso que llamamos realidad y que se diferencia del realismo en que la realidad carece de sentido. Pero nos hace sentir fascinación por existir en él".
El premio Nobel de Literatura 2011 nació en 1931 y debutó en 1954 con su libro "17 dikter" ("17 poemas") y ha sido traducido a cerca de 50 idiomas, entre ellos el español. En España también ha sido publicado en Nórdica 'El cielo a medio hacer' y "Para vivos y muertos", en Hiperion.
Es la primera vez en más de 30 años que el Nobel de Literatura va para un sueco. Tranströmer ha ganado importantes galardones como el Premio Internacional Neustadt de Literatura, el Petrach de Alemania y el galardón sueco del Foro Internacional de la Poesía.


Tomado de EL MUNDO, clic AQUI

05 octubre 2011

Clarice Lispector en la pluma de Patricia De Souza (Babelia)

Clarice Lispector, 1920 - 1977

Narrativa. Nuestra época está marcada por una frontera cada vez menos visible entre la vida privada y la vida pública, el Facebook, el Twitter, han convertido cualquier anécdota personal en objeto de dominio público. La biografía lucha por no cederle la batalla a Internet y poder ocuparse de la vida de aquellos, y aquellas, que se dedicaron a escribir y publicar. Últimamente no vemos muchas biografías, sino lo que podríamos llamar paratextos: notas, fragmentos, correspondencias. Una vez alguien dijo: "Lo que nos interesa es saber cómo se salvaron". Creo que esta palabra, "salvarse", tiene una relación directa con la obra de Clarice Lispector (Tchetchelnik, Ucrania 1920-Río de Janeiro, 1977); ella se salvó de un desastre familiar a través de sus textos que revelaron la parte más extraña, impenetrable y asfixiante de la realidad, un universo que muchas veces ha sido comparado con el de Kafka. Laura Freixas, en su excelente biografía Ladrona de rosas, revela detalles de la vida de la autora, uno de ellos, que fue concebida con el propósito de curar a su madre enferma. En ese sentido, el sentimiento de culpa, que la persigue toda su vida, en una misión que no se cumple, mantiene una relación con la obra de Kafka que gira también en torno a un profundo sentimiento de culpa, frente a la incapacidad de asumir y justificar su propia existencia. Clarice escribe: "Sé que mis padres me perdonaron haber nacido en vano, traicionando su gran esperanza, pero yo no, no me lo perdono" (Ladrona de rosas, página 39). Nacida de una familia judía emigrada en los años cuarenta a Brasil a raíz de los pogromos, Clarice vivirá en Maceió, enseguida en Recife, y finalmente en Río de Janeiro, donde permanecerá hasta su partida en exilio, en los años cuarenta. Haia (vida en hebreo), quien tiene nueve años cuando llega, se convertirá en Clarice, la escritora, de quien se desconoce el origen judío hasta el día de su entierro en el cementerio judío carioca, en 1977.



01 octubre 2011

Sobrenatural

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En un esfuerzo por promover la lectura, el diario Correo acaba de lanzar desde el martes 21 de setiembre la segunda temporada de su estupenda colección "Sobrenatural", dirigida por el escritor Javier Arévalo, donde 8 escritores escriben historias para matarte de miedo. Sólo son ‎300 mil ejemplares lanzados a nivel nacional, a sólo S/.3.50. Corre que se agotan!!!
Más info en http://www.sobrenaturalperu.blogspot.com/

¿Se puede cambiar el destino? Nuevo lanzamiento editorial

 Volver a nacer. Mudándose de casa
Rubén Jungbluth
*
El primer libro de astrología de la
historia que narra cómo podemos
mejorar y cambiar nuestro destino,
mudándonos de casa.


Cosmobiólogo Rubén Jungbluth

¿Qué papel ocupamos en el universo? ¿Qué esperamos de la vida y cómo deberíamos vivirla? Tenemos pocas certezas, y por eso la mayoría de las veces la vida parece ser un enorme laberinto que en muchos casos recorremos llenos de temores e incertidumbres. Sus múltiples caminos ensombrecen el nuestro con las marcas del desamor, la infelicidad, la pobreza o la soledad; y vivimos arrastrando el dolor de ver que transcurre el tiempo y no tenemos lo que anhelamos: el amor, el éxito, la salud, la estabilidad económica o la armonía familiar.
Todo esto sucede porque no asumimos que somos energía, una energía que interactúa con los demás cuerpos del cosmos, y que nuestros aciertos y errores, nuestras oportunidades y obstáculos, son el resultado de las influencias de todas esas fuerzas del universo.
Obviamente, esta información es poco conocida. Por eso vamos por el mundo en un camino errático, lleno de obstáculos, y atribuimos todo a nuestra mala suerte o al destino fatal con el que vinimos al mundo y que no podemos cambiar, y ese es un error mucho mayor: conformarnos con lo que nos toca vivir, dejar de luchar para alcanzar nuestros ideales, pensar que no existe una forma de volver a empezar para que todo sea diferente.
Pero la solución existe, porque el destino se puede cambiar, pues las energías de cada astro del universo influyen sobre nosotros sin que nos demos cuenta. Cada hecho importante de nuestra vida representa una enorme fuente de energía nueva. Entonces, ¿por qué no aprovechamos esa energía de cambio para volver a empezar? ¿Por qué no aprovechar las leyes de la astrología para saltar a un nivel superior en nuestro progreso material y evolución espiritual?
Este libro, nos ayuda a descubrir la importancia que tienen los astros en la vida de todos los seres vivos; y a entender que cada cuerpo del universo tiene una energía que nos afecta, para bien o para mal.
Pero lo más importante es que nos enseña cómo podemos aprovechar la energía de una mudanza, que genera grandes cambios, para modificar nuestro destino, cumplir nuestros sueños y alcanzar el éxito y la felicidad.

SOBRE EL AUTOR:
Ing. Rubén Jungbluth (Lima, Perú, 1956). En 1971, La Gran Fraternidad Universal (Fundación del Dr. Serge Raynaud de la Ferrière) de Lima, le otorgó una beca para estudiar Cosmobiología mientras cursaba estudios de Geología en la Universidad Nacional de Ingeniería, abriéndosele las puertas al conocimiento científico del destino de personas y pueblos, orientado a la evolución espiritual. Jungbluth es autor de la Teoría de los Bebés Euritmicos, y ha realizado predicciones astrológicas que lo han convertido en uno de los astrólogos más importantes a nivel internacional, entre ellas la fecha exacta de la Toma de Bagdad por las fuerzas militares estadounidenses; la caída del Presidente Alberto Fujimori, o el abandono del gobierno cubano por parte de Fidel Castro,entre otras ampliamente registradas en los medios de comunicación internacional. Volver a nacer. Mudándose de casa, es su segundo libro de investigación astrológica.
Más información sobre el autor: http://www.astrovision.us/


En Arequipa este fin de semana - FIL


Desde mañana sábado estaremos en Arequipa asisitiendo a los últimos días de la FIL, presentaremos el libro de cuentos de Mauricio Rozas Valz: Nunca a tiempo, en la sala José Ruiz Rosas, mañana domingo 02 de octubre a las 12:30 del mediodía. Contaremos con la presencia del Dr. Eduardo Ugarte y Chocano comentando esta nueva entrega editorial.
¡¡¡Los esperamos!!!

27 septiembre 2011

J. D. Salinger: cómo se engendra un monstruo

J.D. Salinger, en foto tomada del diario El País / Babelia

No todos los escritores tienen la suerte de que un asesino, que acaba de cometer un crimen histórico, esté leyendo tu mejor novela en el momento de ser detenido. Es más. Hay que ser un autor privilegiado, bendecido por los dioses, para que el famoso asesino se llame Mark David Chapman, quien disparó cinco balas de punta hueca por la espalda a John Lennon, después de pedirle un autógrafo, en el vestíbulo del edificio Dakota de NY, el 8 de diciembre de 1980 y una vez vaciado el cargador del revólver 38 especial se siente tranquilamente en un bordillo de la acera a leer El guardián entre el centeno, esperando a que llegue la policía y en su descargo confiese que él no había hecho otra cosa que acomodar su vida a la de Holden Caulfield, protagonista de la novela. "Esta es mi confesión", exclamó Chapman exhibiendo el libro, mientras era esposado.
Las ventas de la novela de J. D. Salinger, ya de por sí millonarias, se dispararon una vez más. Una nueva oleada de lectores asaltó masivamente las librerías al saber que la historia llevaba una carga suficiente como para borrar del mapa a John Lennon, héroe de una rebeldía en la que se reconocían varias generaciones de jóvenes. En ese momento J. D. Salinger había hecho de su fuga y anonimato una de las obras de arte que consagran definitivamente a un escritor. Vivía refugiado en una granja de Cornish y llegar hasta él era una misión tan difícil como encontrar un mono en Marte, siempre que el explorador fuera un periodista, biógrafo, crítico literario o editor, pero no una jovencita admiradora o una becaria dispuesta a ser pasada por las armas. Mark David Chapman había asesinado a Lennon buscando la fama; en cambio J. D. Salinger se había hecho extremadamente famoso por no querer serlo y haberse convertido en un ser invisible.
El escritor Salinger, el asesino Chapman e incluso el asesinado John Lennon tenían algo en común con Holden Caulfield, el protagonista de El guardián entre el centeno, un chaval de buena familia, que se movía como un tornillo suelto en el engranaje de la sociedad neoyorquina de aquella época, cuando la gente se sentía feliz en medio de la plétora de tartas de frambuesa que trajo la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Salinger, Chapman, Lennon, Holden, los cuatro habían sido adolescentes sarcásticos, rebeldes, inconformistas e inadaptados y se habían comportado con un desparpajo irreverente con los mayores, ya fueran padres, profesores o simples predicadores de la moral de consumo. Los cuatro fueron expulsados del colegio. Los cuatro odiaban los ritos, las costumbres y los gestos del orden constituido, para ellos todo el mundo era idiota, una actitud que en algunos acaba cuando desaparece el acné para convertirse en señores respetables, a otros les incita a escribir o a tocar la guitarra hasta transformarse en artistas y a otros les lleva a encargar un revólver por correo y usarlo contra el héroe de sus sueños. Los cuatro habían pasado por YMCA, la organización religiosa juvenil. Allí Marc David Chapman estuvo encargado de cuidar de los niños, un trabajo que ejercía a la perfección, hasta el punto de que le pusieron Nemo de sobrenombre; la misma y única aspiración manifestó también Holden Caulfield al final del relato, la de vigilar a unos niños mientras jugaban entre el centeno. En el YMCA un amigo le dio a leer a Chapman la novela de Salinger y el futuro asesino decidió ordenar su vida según la del protagonista mientras en Chicago tocaba la guitarra en iglesias y locales nocturnos cristianos.
Salinger nació en NY el 1 de enero de 1919, hijo de un judío llamado Salomón, descendiente a su vez de un rabino que, según las malas lenguas, se hizo rico importando jamones. En realidad Salomón Salinger fue un honrado importador de carnes y quesos de Europa. La compañía Hoffman para la que trabajaba estuvo envuelta en un escándalo, acusada de falsificar agujeros en los quesos de bola, pero de ese lío salió indemne Salomón quien acabó viviendo en un lujoso apartamento de Park Avenue entre la alta burguesía neoyorquina. Allí el adolescente Jerome David Salinger comenzó a sacar las plumas. Después de ser expulsado del colegio McBurney entró como cadete en la academia militar de Valley Forge donde empezó a escribir iluminando el cuaderno con una linterna bajo las sábanas unos relatos cortos que durante años mandó sin éxito a las revistas satinadas. Después ingresó en la Universidad de NY y siguió escribiendo, seduciendo a chicas adolescentes a las que a la vez despreciaba. Era un joven elástico, rico, inteligente, esnob y sarcástico. Se comportaba como el propio protagonista de su novela, el Holden Caulfield enfundado en un abrigo negro Chesterfield que envidiaban sus compañeros. Las chicas se volvían locas con él, mientras luchaba denodadamente por ser famoso, pero hubo una que le fue esquiva, Oona O'Neill, la hija del famoso dramaturgo, a la que escribió mil cartas de amor hasta de Charles Chaplin, 40 años mayor que ella, se la birló para hacerle seis hijos.

14 septiembre 2011

Un clásico de Maupassant (para superar el martes 13)


Pierrot

La señora Lefèvre era una dama pueblerina, una viuda, una de esas semicampesinas de lazos y sombreros adornados, una de esas personas que cecean, que adoptan en público aires de grandeza y ocultan un alma de bruta pretenciosa bajo un exterior cómico y abigarrado, como disimulan sus gruesas manos enrojecidas bajo guantes de seda. Tenía como sirvienta a una animosa campesina muy simple, llamada Rose. Las dos mujeres vivían en una casita de postigos verdes, junto a una carretera, en Normandía, en el centro de la región de Caux. Delante de la casa poseían un estrecho jardín en el que cultivaban algunas hortalizas.
Y sucedió que una noche les robaron una docena de cebollas. Tan pronto como Rose se percató del robo, corrió a avisar a la señora, que bajó en refajo. Fue una desolación y un terror. ¡Habían robado a la señora Lefèvre! Luego alguien robaba en el pueblo, y podía regresar. Y las dos mujeres, azoradas, contemplaban las huellas de los pasos, comentaban, suponían cómo debían haberse desarrollado los hechos: «Mire, han pasado por ahí. Han puesto los pies sobre el muro; han saltado al bancal.» Y se asustaban pensando en el porvenir. ¡Cómo iban a dormir tranquilas a partir de ahora! El asunto del robo se difundió por la zona. Los vecinos llegaron, constataron, discutieron a su vez; y las dos mujeres explicaban a cada recién llegado sus observaciones e ideas.
Un agricultor vecino les sugirió: «Deberían tener un perro.» Es verdad; deberían tener un perro, aunque no fuera nada más que para que les avisara. No un perro grande ¡no, por Dios! ¿Qué iban a hacer ellas con un perro grande? Sólo en comida las arruinaría. Pero sí un perro pequeño (en Normandía se les llama quin) un pequeño quin que ladrara. Cuando todos se marcharon, la señora Lefèvre analizó detenidamente la idea del perro. Después de reflexionar, ponía mil objeciones, aterrorizada al pensar en una escudilla llena de comida; pues era de esa raza parsimoniosa de señoras del campo que llevan siempre algunos céntimos en el bolsillo para poder dar limosna ostensiblemente a los pobres de los caminos y dar en las colectas del domingo. Rose, que adoraba a los animales, expuso sus razones y las defendió con astucia. Por lo que quedó decidido que tendrían un perro, un perro muy pequeño. Se pusieron a buscarlo, pero sólo encontraban perros grandes, que comían hasta hacer temblar. El tendero de Rolleville tenía uno, pequeño; pero exigía que se le pagaran dos francos para cubrir los gastos de la crianza. La señora Lefèvre declaró que estaba dispuesta a alimentar a un quin pero que no lo compraría. Y el panadero, que estaba al corriente del asunto, trajo una mañana en su coche a un extraño animal amarillo, casi sin patas, con cuerpo de cocodrilo, cabeza de zorro y una cola en trompeta, un verdadero penacho, tan grande como todo el resto del cuerpo. Uno de sus clientes quería deshacerse de él. La señora Lefèvre encontró muy hermoso a aquel perrillo inmundo, sobre todo porque no le costaba nada. Rose lo besó y luego preguntó cómo lo llamaban. El panadero contestó: «Pierrot.»
Lo instalaron en una antigua caja de jabón, y le ofrecieron agua para beber. Luego le presentaron un trozo de pan. Se lo comió. La señora Lefèvre, inquieta, tuvo una idea: «Cuando esté bien acostumbrado a la casa, lo dejaremos suelto. Así encontrará qué comer merodeando por el pueblo.» Lo soltaron, en efecto, lo que no impidió en absoluto que estuviera hambriento. Además, sólo ladraba para reclamar su comida; y en ese caso, ladraba con gran insistencia. Todo el mundo podía entrar en el huerto. Pierrot acudía a acariciar a cada recién llegado y permanecía mudo. Pese a todo, la señora Lefèvre se había acostumbrado a él. Incluso había llegado a quererlo y a darle de su mano, de vez en cuando, trocitos de pan mojados en la salsa del guiso. Pero no se le había ocurrido pensar en el impuesto que debería abonar por el animal, y cuando le reclamaron ocho francos -¡ocho francos, señora!- por esa birria de quin que ni siquiera ladraba, a punto estuvo de desmayarse de la impresión.
Y decidieron de inmediato que debían deshacerse de Pierrot. Nadie lo quiso. Todos los habitantes, a diez leguas a la redonda, lo rechazaron. Entonces, a falta de mejor solución, resolvieron que le harían «piquer du mas». «Piquer du mas», «comer marga». Se les hacía «piquer du mas» a los perros de los que sus amos querían deshacerse. En mitad de una amplia llanura, se veía una especie de choza o más bien, un pequeño techo de paja, colocado sobre el suelo. Era la entrada al margal. Un pozo, completamente perpendicular, se introduce hasta veinte metros bajo tierra, para desembocar en una serie de largas galerías de mina. Sólo bajan a esta cantera una vez al año, en la época en la que se abonan las tierras con marga. El resto del tiempo sirve de cementerio para los perros condenados; y con frecuencia, cuando se pasa cerca de aquel agujero, llegan hasta los oídos del caminante alaridos quejumbrosos, ladridos furiosos o desesperados, llamadas lamentables. Los perros de los cazadores y de los pastores huyen despavoridos de los alrededores de ese agujero que gime; y, cuando alguien se inclina sobre él, percibe un repugnante hedor de podredumbre. Allí se desarrollan terribles dramas en la oscuridad. Cuando un animal agoniza después de diez o doce días en el interior, alimentado por los restos inmundos de sus predecesores, un nuevo animal, más grueso, más fuerte sin duda, es lanzado de repente. Allí se encuentran los dos, solos, hambrientos, con los ojos brillantes. Se miran, se persiguen, dudan, ansiosos. Pero el hambre los apremia; se atacan, luchan durante mucho tiempo encarnizadamente; y el más fuerte se come al más débil, lo devora vivo.
Cuando estuvo decidido que le harían «piquer du mas» a Pierrot, buscaron un ejecutor. El picapedrero que binaba la carretera pidió cincuenta céntimos por hacerlo. Eso le pareció locamente exagerado a la señora Lefèvre. El peón del vecino se contentaba con veinticinco; pero aún era demasiado; y como Rose había hecho observar que más valía que ellas mismas lo llevaran, porque así no lo maltratarían por el camino y no le harían sospechar al animal lo que le esperaba, decidieron que lo harían las dos, al atardecer. Esa tarde le ofrecieron una buena sopa con un dedo de mantequilla. Se tragó hasta la última gota; y cuando removía la cola de alegría, Rose lo cogió y lo envolvió en su mandil. Iban dando zancadas, como merodeadoras, a través de la llanura. Pronto vieron el margal y llegaron a él; la señora Lefèvre se inclinó para escuchar si no gemía ningún animal. -No- no había ninguno; Pierrot estaría solo. Entonces Rose, que lloraba, lo besó y lo lanzó al agujero; las dos se inclinaron con el oído atento. Primero oyeron un ruido sordo; luego el lamento agudo y desgarrador de un animal herido, luego una sucesión de pequeños gritos de dolor, luego llamadas desesperadas, súplicas de perro que imploraba, con la cabeza levantada hacia la abertura. Ladraba , ¡oh! ¡cómo ladraba! Sintieron remordimientos, pavor, miedo inexplicable y loco, y escaparon corriendo. Como Rose iba más rápida, la señora Lefèvre le gritaba: «¡Espéreme, Rose, espéreme!»
Pasó la noche en medio de horribles pesadillas. La señora Lefèvre soñó que se sentaba a la mesa para comer, y que, al destapar la sopera, aparecía Pierrot dentro, que se lanzaba hacia ella y le mordía la nariz. Se despertó y creyó oírlo ladrar. Prestó atención; se había equivocado. Se durmió de nuevo y, en sueños, se encontró en una amplia carretera, una carretera interminable. De pronto, en mitad del camino, vio una cesta, una gran cesta de campesino abandonada que le infundía miedo. Terminaba, no obstante, por abrirla, y Pierrot, escondido en el interior, le agarraba la mano y no se la soltaba; y ella echaba a correr despavorida, llevando al extremo del brazo el perro colgando, con los dientes bien apretados.
Por la mañana temprano, se levantó medio loca, y acudió corriendo al margal. Ladraba; ladraba aún, había estado ladrando durante toda la noche. Entonces ella se puso a llorar y lo llamaba con mil nombres cariñosos. Él respondía con todas las inflexiones tiernas de su voz de perro. Quiso volver a verlo, prometiendo hacerlo feliz hasta su muerte. Corrió a casa del pocero encargado de la extracción de la marga, y le contó su caso. El hombre escuchaba sin decir nada. Cuando la señora terminó, dijo: «¿Quiere sacar a su perro? Le costará cuatro francos.» Ella se sobresaltó y todo su dolor se esfumó de repente. «¡Cuatro francos! ¡se dejaría morir! ¡cuatro francos!» Pero él añadió: «¿Cree que voy a coger mis sogas, mis manivelas, voy a instalarlo todo, e ir allí con mi chico y dejarme morder por su maldito perro, sólo por el gusto de devolvérselo? No haberlo tirado.» Se marchó indignada. - ¡Cuatro francos! Cuando regresó a casa llamó a Rose y le dio cuenta de las pretensiones del pocero. Rose, resignada, repetía: «¡Cuatro francos! es mucho dinero, señora.»
Más tarde propuso: «¿Y si le echáramos de comer, al pobre perro, para que no se muera?» La señora Lefèvre aceptó, contenta; y ahí las tienen, en marcha, con un gran pedazo de pan untado con mantequilla. Lo partieron en trocitos que lanzaban uno tras otro, hablándole por turnos a Pierrot. En cuanto el perro se tragaba un trozo, ladraba para reclamar el siguiente. Regresaron por la noche, y al día siguiente, y todos los días. Pero sólo hacían un viaje.
Y sucedió que, una mañana, en el momento de dejar caer el primer bocado oyeron de pronto un formidable ladrido en el interior del pozo. ¡Había dos! ¡habían arrojado otro perro, otro grande! Rose llamó: «¡Pierrot!» y éste ladró. Entonces se pusieron a arrojarle la comida; pero, a cada trozo, percibían una terrible pelea seguida de los gritos quejumbrosos de Pierrot, mordido por su compañero que se lo comía todo, pues era el más fuerte. De nada les servía especificar: «¡Esto es para ti, Pierrot!». Pues Pierrot, evidentemente, no obtenía nada. Las dos mujeres, sobrecogidas, se miraron; y la señora Lefèvre dijo con tono desabrido: «Yo no puedo alimentar a todos los perros que arrojen aquí dentro. Tendremos que renunciar.» Y, sofocada al pensar en todos aquellos perros viviendo a sus expensas, se marchó, llevándose el resto del pan, que empezó a comerse mientras caminaba. Rose la siguió limpiándose los ojos con una punta de su mandil azul.


Tomado de la biblioteca digital: Ciudad Seva

09 septiembre 2011

CUENTOS INFAMES: este lunes 12 de septiembre en el JAZZ ZONE!!!


Cuentos infames es la primera entrega de Luis Torres Vásquez, joven escritor que ha plasmado en estas páginas su visión personal de una sociedad que se desmorona y se reconstruye sobre sus escombros, siempre en el camino errado.
Ya desde el título el autor nos anuncia que sus historias pueden no solo golpearnos sino también ponernos a pensar (el terrible y verdadero poder de la literatura), en que estamos asistiendo al fin de una época donde los valores poco o nada importan, haciendo referencia a personajes clave como el Holden Caulfield de Salinger (y de ahí también los violentos y precisos desenlaces de sus tramas).
Si la desesperanza es una de las características de una juventud rebelde y ansiosa por gritar su libertad a los cuatro vientos, es también esa misma rebeldía la que la transforma en un elemento vital dentro de una sociedad cuyos cambios son constantes; y es que Cuentos infames no es sólo una colección de cuentos: es una pintura oscura de la sociedad en que vivimos. Un libro que anuncia nuevas y esperadas entregas.

CUENTOS INFAMES se presentará este lunes 12 de septiembre a las 7:00 pm en el Jazz Zone (Av. La Paz 665, pasaje El Suche, Miraflores). Los comentarios estarán a cargo del literato y crítico Jonathan Timaná y Gabriel Rimachi Sialer Ed.
El ingreso es libre (capacidad limitada).


El libro de los pájaros negros - PRESENTACIÓN

08 septiembre 2011

Miguel Ruiz Effio sobre "Desasosiegos menores"

Miguel Ruiz Effio

El premiado escritor Miguel Ruiz Effio ha tenido la gentileza de escribir una reseña sobre el libro de cuentos del también premiado escritor colombiano Andrés Mauricio Muñoz, y que se ha publicado en esta casa dentro de nuestra serie Legión Extranjera, que ya va por su cuarta entrega. Lo compartimos con ustedes entonces, no se pierdan esta nueva entrega que trae más de una sorpresa, pues este libro tiene ese poder que sólo las buenas historias poseen: el quedarse durante mucho, mucho tiempo en nuestras mentes.

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DESASOSIEGOS MENORES, DE ANDRÉS MAURICIO MUÑOZ
Miguel Ruiz Effio

Quizá por una cuestión cronológica o por las estrategias utilizadas para construir las historias, debo confesar que me he sentido muy identificado con el trabajo narrativo que realiza Andrés Mauricio Muñoz en su libro Desasosiegos menores. Tal vez este tipo de afinidad (o complicidad) sea la mejor manera de abordar y descubrir a un nuevo autor. Es importante resaltar que este libro obtuvo en Colombia el premio del VI Concurso Nacional de Libro de Cuentos Premios de Literatura UIS 2010. Es justo felicitar a la editorial Casatomada por permitirnos conocer en Lima, y ojalá también en las provincias del Perú, lo que se está escribiendo en Colombia, pero además, por permitirnos conocer lo mejor de lo que se está produciendo en el país norteño.
Encontrar una cita de Julio Ramón Ribeyro en el segundo cuento del conjunto no es gratuito. “La vida no podía ser esa cosa que se nos imponía y que uno asumía como un arriendo, sin protestar. Pero ¿qué podía ser?... Debía haber una contraseña, algo que permitiera quebrar la barrera de la rutina y la indolencia y acceder al fin al conocimiento, a la verdadera realidad”, dice Ribeyro. Y conociendo que hay una lectura de Ribeyro antes de la articulación de este trabajo como un conjunto, podemos entender la concepción de los personajes del libro.
En Carolina ya no aguanta más, una oficinista hastiada de sus problemas sentimentales y profesionales concluye que origen de sus males es su trabajo. Pero no podrá cambiar su situación.
En La obsesión de Álvaro Güaque, un vendedor de seguros está obsesionado con sentir la proximidad de las mujeres y para ello diseña todo un método para rozarlas en los viajes del Transmilenio (el equivalente a nuestro reciente Metropolitano).
El hijo de Barack Obama es una divertida especulación acerca de un muchacho pobre que resulta ser hijo del entonces candidato a la presidencia norteamericana.
En Tibaduiza espera a Diógenes Almeida, un escritor que cree ciegamente en su propio talento y que envía trabajos a diferentes concursos, busca un éxito que parece esquivo. Él está convencido de que su último cuento por fin se lo proporcionará.
Pierna obstinada es una fantasía acerca de un hombre con problemas para controlar su pierna izquierda.
En Laura en la ventana, una mujer que intenta concebir su primer hijo mira un partido de fútbol, donde un joven juega pelota y sueña con una vivienda propia para su familia.
Estos son solo algunos ejemplos de los temas y personajes del libro.
Andrés Mauricio Muñoz elige para fabular a personajes solitarios, víctimas de una soledad física o existencial, personajes marginales, con una vida interior que los conduce a reflexionar y rebelarse a través de actos o de decisiones.

Carolina recuerda que tiene que buscar trabajo; una empresa donde de verdad valoren todo lo que ella puede aportar, donde le paguen más, al menos un salario acorde con sus años de experiencia. Necesita ahorrar y ahí no puede. Carolina se imagina trabajando en una multinacional, entrando a un edificio grande en el World Trade Center o en el Teleport Business Park; mucha gente en los pisos, compañeros de trabajo con quienes podría salir un jueves o un viernes, al final de la tarde, a tomar una cerveza. Lo que ella necesita es no depender tanto de Daniel; abrir un espacio en la relación, tal vez así acabe la monotonía y él empiece a sentir que ella le hace falta, que la necesita mucho más cerca, que la puede perder en cualquier momento porque ella se puede enamorar de uno de sus compañeros. Carolina trata de imaginar la cara de Daniel si ella un jueves, cualquiera de tantos, saliera hasta tarde a tomar cerveza con alguien de la oficina, de la gran empresa donde merece trabajar.

Son las rutinas más sencillas las que motivan las reflexiones de los personajes: sus desasosiegos. El título del libro alude a esto, precisamente. Son estos desasosiegos sencillos, “menores” si se les quiere llamar así, los que constituyen disconformidades universales que nos permiten reconocer problemas comunes, que nos hermanan a los países de la región latinoamericana. Esto no es un descubrimiento, pero Mauricio Muñoz nos lo recuerda a través de sus historias. Las peripecias de Álvaro Güaque en el Transmilenio, por ejemplo, serán fácilmente reconocidas e identificadas como propias por el lector peruano, y quizá también por el chileno o el argentino. Esta capacidad de contar temas particulares para aludir a problemas universales es lo que distingue a la buena literatura de los ejercicios del debut.
Otro elemento que se maneja con solvencia son las técnicas narrativas. Carolina ya no aguanta más y Laura en la ventana, por ejemplo, comparten estrategias de narración similares. Hay una superposición del pensamiento sobre la irrupción de la realidad. El pensamiento empieza a hilvanar hacia atrás para conocer el pasado de los personajes y sus puntos de vista. La realidad irrumpe a través de la espera de unas copias, de un partido de fulbito o de un correo electrónico al que hay que responder. Esta variedad de líneas se maneja con pulcritud a lo largo de los cuentos del libro, a pesar de que las técnicas varían, se acentúan o se atemperan, de acuerdo a la conveniencia del texto.
Y ya que hemos mencionado los correos electrónicos, hay en estos cuentos una asimilación de la vida moderna de un modo natural, nunca impostado. Las alusiones a la tecnología son funcionales, medios para contar las historias, siempre vehículos y no fin en sí mismos. César Vallejo desconfiaba de la poesía que incorporaba palabras alusivas a la tecnología solo para atribuirse la categoría de nueva. Decía el poeta:

En la poesía verdaderamente nueva pueden faltar imágenes o rapports nuevos —función ésta de ingenio y no de genio— pero el creador goza o padece allí una vida en que las nuevas relaciones y ritmos de las cosas se han hecho sangre, célula, algo, en fin, que ha sido incorporado vitalmente en la sensibilidad.
La poesía nueva a base de palabras o de metáforas nuevas, se distingue por su pedantería de novedad y, en consecuencia, por su compilación y barroquismo. La poesía nueva a base de sensibilidad nueva es, al contrario, simple y humana y a primera vista se la tomaría por antigua o no atrae la atención sobre si es o no moderna.

En la mejor senda de lo que podríamos llamar literatura nueva (parafraseando a Vallejo), un cuento como Búsqueda en Internet aborda el antiquísimo tema de la lucha contra el destino, por supuesto, actualizada a los tiempos de las redes de información. En Un mal viaje, el progreso de la ciencia permite la tele transportación de los individuos para recorrer distancias largas, con un pequeño efecto secundario: la posibilidad de perder porciones imperceptibles de nuestra humanidad. Mauricio Muñoz irrumpe en la vertiente futurista para, usando como telón de fondo el asombro que nos produce lo científico, reflexionar sobre la naturaleza de nuestra esencia (¿qué es lo que nos hace humanos? ¿nuestra peculiar anatomía o nuestra personalidad?). Así, volvemos a comprobar que los temas abordados son universales, mientras que los recursos para contar las historias son funcionales para que esta recoja los nuevos desasosiegos que vivimos hoy
Hay distintos estilos en los cuentos de este libro. Hay cuentos de imágenes precisas, descritas con frases cortas y otros con frases largas. Hay cuentos de grandes y silenciosas derrotas del individuo, casi anécdotas observadas con la precisión de un miniaturista. Hay temas de tratamiento sobrio, desarrollados a través de una cadena de sucesos que no requieren atención por su naturaleza sino por la reflexión que se hace de ellos, frente a otros donde las historias nacen de una sucesión de peripecias (pienso por ejemplo, en El hijo de Barack Obama, que recuerda el antiguo género picaresco). Creo que la cantidad de cuentos incluidos en este volumen y la variedad de temas y estilos hablan de un autor diestro en el manejo de sus recursos, pero que busca aún, al plantear un abanico amplio de temas, una voz y un sendero por el cual desfilará su narrativa corta. Tal vez, esta multiplicidad de temas y estilos auguran una novela. Pero estoy especulando. De lo que estoy seguro es que a partir de Desasosiegos menores, tendremos que estar atentos a los futuros trabajos de Andrés Mauricio Muñoz.