10 mayo 2011

Los escritores y su mito

Ignacio Echevarría, autor de la nota

“Resulta interesante reflexionar sobre los mitos de los escritores. En el caso de Conrad, por ejemplo, tenemos el mito imperialista del hombre de honor, el estilista del mar. Este mito deja a un lado lo mejor de Conrad, pero al menos refleja la obra. Antes, los mitos de los escritores solían tener relación con su obra más que con su vida. Hoy día, sin embargo, los mitos de los escritores tienen que ver cada vez más consigo mismos, y su obra más bien estorba la imagen que se tiene de ellos. Las sociedades que produjeron las grandes novelas del pasado se han resquebrajado. Escribir es ahora algo más privado y suscita un interés más particular. La novela como forma ya no resulta convincente. La experimentación, al no ir dirigida hacia las verdaderas dificultades, ha perdido su sentido; y en la mente de lectores y escritores hay una gran confusión acerca del propósito de la novela. El novelista, al igual que el pintor, ya no reconoce su función interpretativa; pretende sortearla, mientras su público disminuye. Y de esta manera el mundo que habitamos, que siempre es nuevo, pasa ante nosotros sin ser examinado, vulgarizado por las cámaras, sin ser objeto de meditación.”
La tirada que acabo de transcribir corresponde a las líneas finales del soberbio ensayo que V. S. Naipaul dedicó a Joseph Conrad en 1974 (“Las tinieblas de Conrad”, incluido en El regreso de Eva Perón y otras crónicas, Seix Barral, 1983). Un texto ya viejo, que sin embargo mantiene intacta toda su potencia crítica. Quien lo escribió contaba entonces poco más de cuarenta años de edad y todavía no se había revelado como lo que hoy es para muchos: el más grande novelista vivo. Tanto más interés guarda, en consecuencia, su severo diagnóstico sobre la novela como forma, que él mismo había de contribuir magníficamente a renovar y a actualizar (para desentenderse finalmente de ella, según parece).
 

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