05 diciembre 2010

Mario Vargas Llosa a su nieta: "Viajamos a Estocolmo, donde a tu abuelo le van a dar un premio"

Estocolmo (EFE). “Viajamos a Estocolmo, la capital de un país que se llama Suecia, donde a tu abuelo le van a dar un premio”, le decía hoy un sonriente Vargas Llosa a su pequeña nieta Anais durante el vuelo que lo trasladó desde Madrid hasta la capital sueca.
Acompañado por su mujer, Patricia, su hija Morgana, y sus nietas, Anais, de 10 meses, e Isabela, de poco más de tres años, y su equipo de colaboradores, el flamante Premio Nobel recibió en Estocolmo una discreta bienvenida por parte de la Fundación Nobel.
Horas antes, el escritor peruano dejó atrás un Madrid lluvioso que le despedía con el calor de los viajeros del aeropuerto, que se acercaban a pedirle autógrafos y a fotografiarse con él.

ENTRE AMIGOS
Pero si algo le impresiona al escritor, ensayista y cronista reconocido con el más prestigioso galardón literario es “todos los amigos” que le van acompañar en Estocolmo, donde mañana, lunes, comenzará el programa de actividades que concluirán el viernes próximo, cuando el rey Carlos Gustavo de Suecia le entregue el cetro.
“No sé si volverán a dar un premio a un latinoamericano después de esta invasión”, decía bromeando este creador de fábulas, al que acompañarán más de un centenar de amigos durante su estancia en la capital sueca, y quien a modo de relato le explicaba, a diez mil metros de altura, a Anais, un bebe de ojos grandes y atenta mirada, el cometido de esta singladura.

PRONTO ACABARÁ EL VÉRTIGO
Atrás quedan dos meses que han sido “una verdadera revolución”, asegura el escritor, que precisa: “He tenido que vivir 48 horas en 24. Pero ahora, espero que todo se va a aquietar después del 10 de diciembre”.
A Mario Vargas Llosa le parece una experiencia muy interesante “vivir el vértigo” que conlleva el Nobel de Literatura, pero es consciente de que es “peligroso” tomarse “muy en serio” el galardón.
Y afirma, entre sonrisas: “Lo que tengo muy claro ahora es que esto tiene que terminar pronto” y agregó que espera ansioso retomar “la disciplina cotidiana del trabajo”.

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