21 noviembre 2012

¡Todos a la CONTRA!



Propuesta alterna. Luego del éxito en la organización de “Contra: Mercado Independiente”, la Sub gerencia de Cultura de la Municipalidad de Lima prepara para este 23 y 24 de noviembre la “I Feria de Editoriales Independientes”.
El evento tendrá la participación de 21 editoriales y tres revistas entre las que destacan Casatomada, Altazor, Caja Negra, Estruendomudo, Pasacalle, Buen Salvaje, y otras. Todas ellas se reunirán en el Parque Washington desde las cuatro de la tarde. La feria contará con presentaciones de libros, conciertos, mesas redondas, talleres y exposiciones de cómics. Y para que no faltes, te dejamos toda la programación:

VIERNES 23 DE NOVIEMBRE

4:30 – 5:00: Inauguración. Comparsa Parió Paula.

5:00 – 5:50: Mesa redonda: narradoras peruanas con María Luisa del Río, Tilsa Otta, Sophie Canal, Katya Adaui y Grecia Cáceres.

6:00 – 6:50: Conversatorio: Pasando revista, diálogo sobre la producción de revistas locales con Buen Salvaje, Ónice y El Hablador.

7:00 – 7:50: Presentación del libro “Pelota de recreo” de Jesús Alzamora.

8:00 Conciertos

SÁBADO 24 DE NOVIEMBRE

3:00 – 3:50: Libros para niños. Presentación del libro de Fito Espinosa.

4:00 – 4:50: Presentación de libro con espectáculo infantil “Marshall y la búsqueda de la sonrisa”.

5:00 – 5:50: Recital de poesía “Megáfono en el parque”.

6:00 – 6:50: Presentación del libro “Tromba de agosto” de Jerónimo Pimental.

7:00 – 7:50: Conversatorio “Editores anónimos”, diálogos sobre la producción editorial independiente con Lustra, Casatomada y Polifonía.

8:00 Conciertos

Lugar: Parque Washington, frente al Centro Cultural de España (Cuadras 5 de Arequipa o Arenales).

Fuente: Municipalidad Metropolitana de Lima

20 noviembre 2012

Este fin de semana: CONTRA en el Parque Washington ¡Los esperamos!



CONTRA: MERCADO INDEPENDIENTE DE LIMA
PRIMERA Feria de Editoriales Independientes


Un nuevo espacio para la Literatura Independiente. 
Las Editoriales Independientes en Lima 
nunca antes reunidas en un mismo contexto cultural.

La Municipalidad de Lima, a través de la Subgerencia de Cultura, tiene el agrado de anunciar la tercera edición de las ferias CONTRA: Mercado Independiente de Lima, que en esta ocasión reúne en un mismo espacio a las Editoriales Independientes de Lima. El evento se realizará en dos únicas fechas: el viernes 23 y el sábado 24 de noviembre en las inmediaciones del Parque Washington.
Como parte de la plataforma “Contra: Mercado Independiente de Lima”, iniciativa impulsada por la Subgerencia de Cultura, la 1ra Feria de Editoriales Independientes tiene como meta principal reunir a una gran variedad de editores, autores y promotores de la Literatura Independiente de nuestra capital, con la intención de crear lazos fraternos entre los propulsores anónimos de la cultura literaria.
¿Por qué el nombre CONTRA?, porque la naturaleza del mercado cultural independiente es ir en contra, CONTRA los paradigmas,  CONTRA la uniformidad, CONTRA la estandarización, CONTRA la inercia para apostar por la libertad de expresión y de pensamiento, la variedad y diversidad de propuestas, la creatividad y la innovación.
La feria dará espacio a un total de 20 stands dispuestos para diversas editoriales, tales como Casatomada, Atalaya, Mesa Redonda, Borrador Editores, Polifonía, Paracaídas, Solar, entre otras editoriales representativas. Asimismo, habrá un stand especial para revistas literarias.
El programa de la feria estará compuesto por una atractiva y surtida selección de eventos y actividades, entre las que figuran un encuentro de narradoras peruanas, conversatorios entre las revistas peruanas más influyentes, testimonios de los directores editoriales que tomarán como punto de partida el boom de la editoriales independientes, recitales, performances y diversas manifestaciones que derivan del arte y la cultura.
La feria será, además, lugar de la presentación de nuevos lanzamientos editoriales, como el último libro del poeta Jorge Pimentel y el libro Pelota de Recreo del carismático actor Jesús Alzamora. Habrá también una sección especial de Literatura Infantil, la que contará con una serie de atracciones para los más chicos, siempre destinadas al buen saber y a la buena lectura. La feria incluirá una sección especial para los fanáticos de los cómics y talleres que ayudarán al público a emprender su propia editorial, así como firma de libros, cuenta cuentos, batucada y micrófono abierto.
El toque musical lo pondrá una virtuosa selección de bandas. Grupos como “La Prensa”, “La Nueva Invasión” “Las Amigas de Nadie”, “Moldes” “Alejandro y María Laura” entre otros, quienes serán los que pongan el ritmo en las noches de feria en un escenario adecuado para la concurrencia amante de la Literatura Independiente.

14 noviembre 2012

Matemos a Borges, de Daniel Romero Vargas, comentado por el crítico Alexis Iparraguirre


Portada de Matemos a Borges

Aunque conviene  no enfatizar el hecho, el territorio de la literatura es un planisferio dibujado por las voces de algunos padres fundadores: Homero, Shakespeare, Cervantes, el trujillano Vallejo, el ginebrino Borges. Hay más, pero su número no importa. Lo que importa es que el mapa que contiene la voz de un escritor X es, por definición ajeno, ya que pertenece a la voz  de alguien que preexiste, a alguien que ya tiro los dados por él. Llamemos a la voz que dibuja el mapa, que es un juego, como el Gran Otro, o el Padre, o el suplemento lacaniano. Tampoco importa el nombre. Lo que importa a un escritor nace siempre a la literatura de otro. Por consiguiente el escritor x tiene dos opciones como Edipo en la encrucijada. Puede decidir no jugar el juego de la literatura, y aún así hacer lo que él llama literatura. Y el resultado son, por lo general, eso que conocemos como las cumbres de la historia mundial del autismo (se me ocurre el dadaísmo y su obsesión por la originalidad a fuerza de ser ininteligible; se me ocurre la metáfora del borrón inhumano en el cuento “La obra maestra inconclusa” de Balzac). Pero también puede decidir jugar el juego, y toma la voz de otro debido a que el mapa de la literatura es fatalmente ajeno. El creador, entonces, realiza la operación que le es propia: imposta una voz paraentrar al juego donde todo se ha dicho, para persuadir de que su impostación es una novedad en sí. Roba una naipe del mazo de cartas del Padre, del Gran Otro o del Poeta predecesor, y lo muestra como propio, porque si no lo hace no hay literatura. De inicio, entonces, la literatura es un crimen, un robo, una suplantación. Es la voz que finge un país del planisferio ajeno para figurar en la invención. Entonces es un eco que suplanta el autentico silencio de quien escribe. En este crimen, cabe la posibilidad de que el delincuente pueda ser el eco de una voz ajena que carece de oyentes. Estas ideas y otras semejantes, naturalmente lúcidas y obligadas en el delito de jugar el juego de otros promueve Daniel Romero Vargas, acertadamente, bajo las imágenes del crimen y el vacío.

 Daniel Romero Vargas, finalista de Premio Caretas 
con el cuento que da nombre al libro

Puede decirse lo mismo de la siguiente historia, que refiere un juego de espejos, no ajeno a la ironía y, quizás, al mismo ademán de robar el naipe al Gran Otro,ese que inventó la literatura. En este cuento, un escritor atento a los cuentos escucha de uno que, en un pasado impreciso, ganó el concurso de una revista famosa. La historia vencedero del certamen refiere que Borges es víctima de un crimen y, según todo parece indicar, quien conjura los detalles del asesinato y la invención del asesino. Tanto la naturaleza ficticia del criminal como la existencia acaso insoportable del sabio condenado a proferir ficciones adquieren consuelo y final en la certidumbre de que la muerte borrará por igual la memoria y el recuerdo de ambos. En este punto, el escritor oyente,que nunca tiene la oportunidad de leer ese cuento,captura la sugerencia de que el asesino y victima sean uno, sean Borges; escribe con esa idea un nuevo cuento (el tercero de esta relación), que es suyo, pero, que, como sabemos, es un crimen. En el relato del segundo escritor, Borges conjura una trama idéntica para asesinar a personajes que también son sus invenciones. Pero,como vuelta de tuerca, la trama del cuento imitala secuencia de crímenes de la “La muerte y la brújula”, un cuento policial también de Borges. Este furor imitativo merece, naturalmente, una conclusión borgeana, que, más o menos, diría así: “cuando el segundo escritor cree que la impostura de personificar a Borges, de impostar su narrativa, ha creado un espejismo que lo diferencie y eleve por encima de la generalidad, comprueba, no obstante, que, desde la perspectiva de Dios, o de los ángeles, él también es un doble, una copia, no de Borges, sino de otro, del primer autor que escribe un cuento donde Borges es asesino y víctima. Porque para Dios que vive en la eternidad, o para la literatura, que no tiene tiempo, las diferencias son instantes y las semejanzas son constantes. Para la eternidad (no se cuánto halague o no este comparación a Daniel) el segundo escritor, el influido por la historia que oye, que soy yo, y Romero Vargas, que escribe Matemos a Borges, la historia primera sobre Borges asesino, somos uno solo.

Este razonamiento, que es verosímil,  crea la situación excéntrica de que cualquiera, Daniel o yo, pueda hablar de la obra propia con la distancia crítica de quien la intuye, íntimamente, ajena. O que cualquiera pueda, pero acaso de una forma más ajustada a su perfil, presentar la voz que uno y otro ha levantado en distintos sitios del planisferio de la literatura con cierto sentimiento de pertenencia. Que lo otro es lo propio es, de antaño, la impresión que deja la literatura cuando ella consigue que el lector renuncie a sus propios límites y se apropie de lo ajeno. La lectura de “Matemos a Borges” descubre esta cualidad compartida por lectores fervorosos y, favorece que aquellos lectores radicales, los creadores, se reconozcan en el juego de espejos de figurar la voz propia, esa con que se obtiene un nuevo planisferio para la exploración de los hombres.

Martín Zúñiga y el autor, presentando "Matemos a Borges" en la FIL Arequipa

No obstante, conviene aclarar que, desde el punto de vista genético, la literatura no queda exculpada. Para ella no hay indulto. Es un crimen de lesa suplantación. Matemos a Borges también es un catálogo de la imaginación con prontuario de Daniel Romero Vargas, del modo en que roba cartas para ganar su juego. Es un jugador que no se intimida. Baraja las cartas que sirvieron dos jugadores astutos y poderosos. Son previos a Borges y  él los imposta y al hacerlo, como señala Harold Bloom respecto de la bendición de la influencia, los reinventa para convertirse en artista libre de sí mismo. Especulo que llegó a ellos a través de ese tahúr grande que fue Borges, porque sin ellos no hubiera podido inventar la literatura argentina del siglo XX, esa provincia geométrica, habitada por compadritos intelectuales.Para inventar su libro, para construir su voz, Romero Vargas fue a recorrer las naciones deslumbrantes y oscuras de Kafka y Poe, dos conquistadores voraces por poderosos en el arte de proferir ficciones. Preciso: a Kafka y a Poe, pero al Poe más kafkiano (porque Kafka colonizó retroactivamente algunas provincias del país de Poe cuando decidió que el absurdo es el espanto de Poe, pero con aspiración de  infinito). Así, en un mapa kakfiano, en alguna provincia parcialmente consumida por la jugada de Kafka, se sitúa “El fantasma de la Muerte Roja”, un cuento de Poe.  No solo se trata de una alegoría oscuramente sensualista de la peste, sino una voluptuosa alegoríala descomposición social. La historia es, incluso en su resumen, inquietante. En una mansión,que puede ser cualquier mansión o el espejo abstracto de una mansión, personas que se distinguen con precisión unas de otras por sus disfraces, su riqueza y su intemperancia celebran la vida fuera de la intemperie de la peste. Poe ha abstraído los nombres, las fechas, la lógica de algunas emociones, como la hesitación o la vulgaridad. En este movimiento reconocemos el acceso al territorio que expandió luego Kafka: sabemos que ese mundo puede ser el de nuestras buenas conciencias liberadas a la complejidad del gozo. No obstante, su funcionamiento es un mecanismo intransitivo, como una caja negra cuyo interior se desconoce, y que hace de sus superficies una barrera infranqueable e hipnótica por eterna.  Ese sabor a pesadilla, donde el soñador corre por contestar un teléfono que sabe de antemano que no va a contestar justo porque está corriendo,es el absurdo kafkiano, invención largamente más productiva como jugada literaria que las alegorías que eventualmente se fabrican con ella (incluso esta alegoría de la decadencia de Poe que, retrospectivamente, es kafkiana). Se trata de la pura idea de desconocer la función de los objetos aunque sean familiares. O desconocer el fin de una ceremonia aunque sean domésticos sus partícipesy sus procesos (una línea débil de esta posibilidad es reducir la incomprensión al complot). La apropiación de la carta Kafka-Poe por parte de Romero Vargas consigue una voz de timbre singular. Esta se profiere con plenitud e invención en “Historia de un callejón”, el último relato del libro. Se trata el monólogo de un alienado en el fondo de una mugrosa vía pública que sirve de sumidero. Aquí el alienado es el propietario de objetos en medio de la peste. Pero no son los objetos del canon gótico (los armarios, los bibelots, las cajas de música o esa otra forma de objeto gótico que es paisaje evidente u abstracto de un cementerio).El loco modula su monólogo sobre los desperdicios de la ciudad moderna y las deyecciones humanas que esta no consigue procesar. Romero Vargas configura en el absurdo pauperizado una peculiar ceremonia de peste y locura.

La invención de Romero Vargas se erige, pues, entre nosotros con especial esmero en una prosa meditada, en un escenario de tugurios, de sótanos, de ceremonias oscuras. Nos advierte desde un comienzo que se trata del voraz sortilegio de las letras: el pase de magia con que un escritor consigue que la carta ajena sea propia. El efecto de la ceremonia, de la lectura, es el de quien encuentra instalada la imaginación de Romero Vargas, al final, como en una emboscada, en el lenguaje de los objetos de la carencia. La material y la espiritual. Romero Vargas continua una geometría del desasosiego que apela sin tremendismo al sumidero de nuestras conciencias. Una vez más, la literatura se abre paso desde su entraña de pura lengua a la evidencia de la vida desnuda. La pura forma contiene la ciudad que formamos estando juntos. Romero Vargas cuenta la pesadilla sin énfasis de sus miserias.